Un poco más cerca del cielo

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Francisco no podía creer lo que escuchaba y eso que venía escuchandolo desde hacía fácilmente dos semanas.

Sentado en el suelo de la sala, en casa de Ana junto a ella y Sara, su novia, mientras los tres escribían carteles para la próxima protesta, no dejaba de repetir una y otra vez lo que Esteban le había pedido.

-¡está totalmente loco! no sé que espera encontrar-dijo antes de apoyar el cigarrillo en el cenicero-me frustra, no saben la cantidad de peleas que venimos teniendo ya por este tema

-el problema es ese-dijo Ana recogiendose el pelo-nosotros no podemos pelearnos desde adentro, nos debilitamos asi

-bueno amor pero Fran tiene razón ¿ir a una iglesia?-preguntó Sara que los miraba sentada en el sofá-¿que espera que le digan ahi? ¿qué dios los perdona?

-¡exactamente!-gritó él-no hay forma de hacerle entender que ese lugar es el enemigo, en cuánto entremos ahí nos van a atacar, es literalmente la boca del lobo

Ana lo pensó un momento

-¿y si hacen un contrato? como un acuerdo

-¿a que te referís?

-acompañalo...

-no

-¡pero no seas terco! acompañalo, y que él te acompañe a la manifestación

-no-repitió él suavizando la voz-le prometí que nunca iba a pedirle eso y no quiero hacerlo, no quiero ponerlo en riesgo

-pero vos te estás poniendo en riesgo yendo a esa reunión, estarían a mano

Fran siguió escribiendo consignas en los carteles pero su mente empezó a visualizar cada vez más clara aquélla idea.

●●●

Era Esteban ahora el negado.
cruzado de brazos escuchaba a su esposo intentando llegar a un acuerdo con él

-es justo

-no lo es, ir a una iglesia no tiene nada de malo, vamos un rato y listo, vos me estás pidiendo que me enfrente con la policía y las posibilidades de que eso me arruine la vida

-¿porque crees que la iglesia no es un riesgo para gente como vos y yo, Esteban?

-¿no crees en dios?

-si creo. no creo en esta gente, en el infierno y toda esa tontera

-¿y si no es una tontera?

-lo es. pero estoy de acuerdo con ir, a cambio de que vos vayas conmigo

Esteban aceptó el acuerdo con mucha rapidez para sorpresa de Francisco que ahora debía prepararse para pasar la tarde en un lugar que no pisaba hacía mucho tiempo.

●●●

A las seis en punto estuvieron allí.
escucharon la misa con total silencio y luego se sumaron a la reunión que trataba muchos temas, entre ellos, el flagelo de la homosexualidad en la sociedad.

Ninguno dijo nada, y aunque se dedicaron una hora entera a escuchar como dios los odiaba e iban a arder en los fuegos del infierno si no lograban curarse a tiempo, no fueron atacados como Fran aseguraba que se iban a sentir.

Cuando la reunión terminó ya era de noche.
volvieron a casa caminando uno junto al otro, siempre a una distancia prudencial.

-¿y? ¿te sentís más cerca del cielo ahora?-ironizó Fran

Esteban suspiró y lo miró de reojo

-yo me siento más cerca del cielo cada vez que te beso, honestamente

Eso hizo a Fran sonreír y no poder aguantar las ganas de besarlo en ese instante.

se adelantó unos pasos y vio un pequeño y oscuro callejón que terminaba del otro lado de la manzana.
miró hacía todos lados y al no ver a nadie tiró de la camisa de Esteban, empujandolo allí

-Fran...

-sh-murmuró él apoyando sus manos en el pecho contrario

Esteban cerró los ojos, apoyó su espalda contra la pared y lo besó mientras le abrazaba la cintura, sintiéndose nuevamente un poco más cerca del cielo.

pero el beso no duró mucho.

una potente luz proveniente de una linterna los iluminó obligandolos a separarse

-¡eh! ¿que hacen ahí?-preguntó la voz masculina de una persona que no sonaba amigable

Intentaron escapar pero no pudieron, dos policías que habían visto movimientos extraños lograron capturarlos.

uno de ellos sostuvo a Francisco de los brazos mientras el otro, que parecía más violento, redujo a Esteban en el piso, apoyandole una rodilla en las manos juntas detrás de su espalda

-tranquilo,maricón, quedate quietito-le dijo presionando aún más con el fin de hacerle daño

-no lo toques mucho que le gusta-acotó el otro riendo

-¡soltalo hijo de puta!-gritó Fran que lo único que logró fue recibir un golpe en la parte posterior de sus rodillas, quedando sostenido en ellas sobre el suelo.

El mayor miedo de ambos fue que se los lleven detenidos, pero no fue asi, el mal fue menor, de alguna forma.
los policías les dieron una fuerte golpiza a cada uno y cuando se cansaron los dejaron ir mientras los insultaban.

●●●

Ya en casa, Francisco no dejaba de llorar, preso de una crisis de nervios.
los golpes de él habían sido leves,o al menos no se notaban, pero los de Esteban podían verse con claridad en su rostro, lo habían dejado bastante herido.

sentado sobre el borde de la ducha, Esteban soportaba el ardor de los productos que Fran le ponía en las heridas para curarlo.

-fue mi culpa-dijo, estaba tan triste que realmente no podía dejar de llorar-quería darte un beso nada más, pero hice que te lastimen todo...

-tranquilo-le dijo él acariciandole la cintura-tenemos que cuidarnos más

Fran se inclinó hacía él y le dejó un corto beso en los labios

-yo tengo que cuidarte más, mañana no vengas a la manifestación, con que te hayas reído cuando el pastor habló de gomorra y sodoma me alcanza

-voy a ir-le dijo Esteban con seguridad-no quiero que estos hijos de puta sigan creyendo que pueden hacer esto...

la frase quedó interrumpida por un beso, Fran sentía miedo pero también orgullo, parecía que Esteban finalmente entendía la necesidad de un cambio.

1950: 𝐞𝐬𝐭𝐞𝐛𝐚𝐧 𝐱 𝐟𝐫𝐚𝐧𝐜𝐢𝐬𝐜𝐨Where stories live. Discover now