Francisco despertó poco antes que Esteban durante ese domingo.
Había aún mucha humedad después de varios días de tormenta, pero dentro de la cama se sentía bien, el calor físico de Esteban parecía reconfortante.
Recordó el sueño que había tenido minutos atrás, mientras le acariciaba la espalda como si fuese de seda, repasando con suavidad su piel con la yema de los dedos.
No quería verlo mientras dormia, le parecía que podía ser molesto para él, pero cada día que pasaban juntos se sentía más enamorado y agradecido de tenerlo con él.
Esteban despertó poco después y con la mitad de su rostro hundido en las almohadas,lo miró y lo sonrió.
-hola precioso-le dijo con la voz ronca
Fran se sentó sobre la cama y le besó la mejilla marcada por las sábanas
-hola amor
Esteban le acarició una rodilla mientras intentaba despertarse del todo hasta que se percató de lo pensativo que él estaba.
-¿está todo bien?
Fran sonrió mientras recordaba su sueño
-si, solo pienso
-¿en que pensas, Romero?
-pienso que debes ser un buen padre
-si, tengo un excelente ejemplo como ya viste
-no sé, debes ser muy dulce
-supongo que no lo sabremos-respondió él poniéndose boca arriba, aún acostado, y frotaba su rostro
-¿tendrías hijos conmigo?
-si, no veo cual problema habría para eso-ironizó
-ya sé que no podemos, pero soñar es gratis-dijo Fran sentándose sobre él-si pudieramos tener un hijo de los dos...
-es biológicamente imposible
-bueno...si encontraramos un bebé tirado en la calle y decidieramos adoptarlo como propio...
-Fran, no hagas esto, no le hace bien a nadie-le pidió acariciando sus piernas
-solo estoy imaginando
-vos y yo nunca vamos a ser padres,no podemos, a penas es legal que yo viva acá, y eso es porque nadie lo sabe
-alguien debería hacer algo-le dijo mirandolo, tenía que pensar muy bien lo que iba a decirle
-si, pero eso no va a pasar
-de hecho...-dijo estirandose para tomar un cigarrillo de la cigarrera que reposaba sobre la mesa de noche-hay gente haciendo cosas
-¿de que hablas?
-grupos, gente que se junta y...-interrumpió mientras se encendía el cigarro-habla, se organiza
-¿se organiza para que?
Fran dio la primera calada del día y expulsó el humo, estaba evitando el contacto visual
-¿de que estás hablando, Francisco?
-hay gente que se junta en sótanos, distintos lugares de la ciudad, y se apoyan, se arman debates, surgen ideas
miró a Esteban a los ojos esperando algún tipo de gesto, pero lo único que encontró fue un asomo de enojo
-a veces nos matan, Esteban, literalmente. si vos y yo nos tomaramos las manos delante de la persona equivocada...
-por eso nunca lo vamos a hacer
-no es justo, ¿porque ellos si y nosotros no?
-por que ellos son normales
Fran bajó de encima suyo y en un gesto irónico le miró el cuerpo
-te veo dos brazos, dos piernas, un par de ojos...
-terminala
-sos normal, eh, yo también
-ya sabes a lo que me refiero-le dijo molesto Esteban, que se sentó para salir de la cama
-alguna vez, algún dia,las cosas van a cambiar para nosotros-respondió él, aunque no pudo precisar si Esteban logró escucharlo, ya se había ido al baño.
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Durante ese desayuno dominical, además del café y las tostadas se sumaba la tensión.
ninguno decía nada aunque no por mucho tiempo, Esteban tenía una enorme incógnita en su mente.
-¿vas?-le preguntó sin mirarlo
-¿a dónde?
-a esos grupos que mencionaste
-a veces...
-¿te volviste loco?
-¿sabes la cantidad de veces que la policía me cagó a palos solo por estar cerca de lugares prohibidos?-le dijo casi histérico,mirandolo-no lo quiero más
-¿y que vas a lograr con meterte en un sótano con otros putos?
-no son solo putos, hay mujeres que aman mujeres también
-¿que vas a lograr juntandote a tomar el té?
-son refugios, Esteban, lugares dónde hay apoyo-le explicó antes de beber de su taza-y se está empezando a organizar protestas
-no-respondió él mirandolo-no vas a ir a ninguna protesta
-no supe el momento en que te convertiste en mi papá
-te estoy hablando en serio, es totalmente peligroso
-peligroso es vivir ¿no lo entendes?...sé que te da miedo, pero no quiero tener que esconderme toda la vida. daría lo que sea por haberte conocido en una cafetería y no en un baño roñoso escondidos como dos animales; no te pido que vengas conmigo...
-no quiero que vayas
-voy a estar bien, somos muchos, tengo que hacerlo...
-hace lo que quieras, Francisco-respondió él poniéndose de pie,listo para no volver a hablarle por el resto del día.
