Despertó a la mañana siguiente en su cama.
había pasado gran parte de la noche totalmente ebrio, pero recordaba todo, cada beso, cada caricia, cada prenda de ropa resbalando hasta el piso.
Esa noche se amaron por primera vez, porque no fue sexo, fue amor, Esteban sentía que lo amaba y no entendía porque, apenas lo conocía, pero algo adentro suyo le aseguraba que iba a amarlo para siempre.
La luz potente del sol que se filtraba por la ventana dejaba al descubierto sus cuerpos desnudos y enredados entre sí.
Fran dormía con la cabeza sobre su pecho y se fue despertando con las caricias en su pelo.
-buen dia-dijo levantando la cabeza para mirarlo. con su rostro hinchado y adormecido le parecía más hermoso aún.
-buen día-dijo él acariciando la curva de su espalda-es sábado ¿no?
-¿te hice olvidar el nombre de los dias, Kuku?
-me hiciste olvidar mi propio nombre
-si eras un semental al final
-por favor, no uses más esa palabra, ya no sé como pedirtelo
Fran empezó a reirse y luego lo besó.
cada uno de sus besos parecia mejor que el anterior.
-estoy muy contento-le dijo acariciando su pelo-no recuerdo la última vez que lo estuve
-yo también, me gustas mucho-dijo enterrandole su rostro en el cuello, besandolo lento mientras una de sus manos bajaba por su espalda.
En aquél recorrido los dedos de Fran se toparon con marcas, como pequeñas líneas en relieve sobre la piel en la espalda de Esteban.
no recordaba verlas la noche anterior, por lo que preguntó por ellas
-cuándo era chico-contó él separándose un poco mientras Fran lo abrazaba de la cintura y lo escuchaba con atención-tenía un vecino nuevo, era más grande que yo, tendría...quince y yo ocho, pero creo que me gustaba-dijo sonriendo con cierta ternura-me subía a la medianera y a veces lo veía en su jardín tomando sol y eso
-que lindo-respondió Fran embobado ante su sonrisa-pero ¿él te lastimó la espalda?
-no, no. fue mi padre, un dia me encontró viéndolo y me dio con el cinto...me marcó tanto que no se me fueron nunca ¿es raro eso no? deberían...
Fran sintió como su corazón se volvía más pequeño, sobre todo por lo naturalizado que Esteban tenía el suceso, como si fuera lo más normal del mundo.
Subió una mano hasta la mejilla contraria y la acarició
-¿pero no hacías nada malo, no? no haces nada malo ahora-preguntó y pudo notar como la mente adiestrada de Esteban se esforzaba. era claro que él aún creía haber merecido ese castigo-Esteban...-le llamó ganándose su mirada-¿cómo te hace sentir esto? estar conmigo en la cama, tocarme, besarme...
-es como...si me acabara de despertar de algún sueño, me siento muy bien
-¿algo que se siente asi de bien puede estar mal?
-bueno, según la iglesia...
-es una tentación demoníaca, si-respondió él tomando la mano de Esteban, apoyandola contra la suya-¿te parece que tu mano con la mía es algo demoníaco?
-no...
-¿yo te parezco algo demoníaco?
-sos un ángel vos
-Esteban chiquito que sentía curiosidad no hacía nada malo, y no merecía eso-le dijo volviendo a tomarle el rostro, apoyando su frente en la contraria-¿si?-Esteban cerró los ojos y asintió con la cabeza-y Esteban adulto tampoco merece nada malo, merece cosas lindas,y yo se las voy a dar
