Ahora Esteban estaba en una de las encrucijadas más complicadas de su vida.
Habían alojado a Felipe en casa pero era difícil, el pibe era grande, era de la calle, le gustaba salir y se manejaba solo mientras él insistía en encaminarlo.
-tenés que ir a la escuela-le dijo. la verdad no tenía la menor idea de como anotar al pibe a la escuela, ni siquiera sabía si tenía documentos
-¿para que? no aprendo nada-respondió él ignorandolo mientras pateaba la pelota de tela que Fran le había fabricado
Esteban entró a la casa y se encontró con su esposo preparando mates
-no sé si podemos con esto-le dijo mirando al chico por la ventana
-es macanudo Pipe, dale una oportunidad
-lo es, pero me refiero a nosotros. yo no estoy nunca, vos con esto de las manifestaciones tampoco, ¿se va a quedar solo?¿que comen los pibes? hay que comprarle zapatos, llevarlo al médico...es mucho
-es solo un chico, cuidemoslo como nos salga
-no es una planta, Francisco, es un ser humano
-llevemoslo a algún lado ¿conoces la playa vos? yo no
-¿Mar del plata? no, no me gusta
-al campo
-¿de tus padres? ¿les llevas al nieto?
-que insufrible sos a veces, agradece que te amo
-todos los días agradezco que me ames
Fran sonrió y le besó la mejilla.
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Algunas horas más tarde los tres llegaron al campo.
La madre de Francisco estaba encantada con Felipe, le había tomado la mano y lo llevó a la huerta, le enseñaba cosas.
Para el padre era otro el cantar.
-¿que estas haciendo? te traes a un pibe que vaya uno a saber que pestes tiene, volvés a traer a este compañero tuyo, y yo no soy estúpido, Francisco, no me tomés como tal-le dijo arrinconando a su hijo contra la pared
Esteban estaba en el medio de ambas escenas, podía ver a Pipe caminando por los cultivos pero escuchaba la conversación de ambos hombres
-traje a Felipe un dia para que vea la huerta, que la mama le enseñé algo
-lastimas a la mama cada vez que venís
-no me diga eso-le dijo mirando sus zapatos. Francisco podía con todo excepto el rechazo y el asco de sus padres
-y a mi me defraudas,sos una vergüenza para la família,ojalá te olvidaras el camino a mi casa
-papá...
-ojalá te hubiésemos dejado morir con la neumonía que tuviste al nacer, nos ahorrabamos todo esto
el padre se encerró en su cuarto hasta la noche,cuando ellos se fueron.
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Durante el regreso a casa, Fran iba pensativo pero decidido; no volviera al campo nunca más.
En medio de una carretera desierta y oscura, el auto de Esteban dio una fuerte explosión y se detuvo.
-¡¿será posible?!-gritó. frenó y bajó a revisar encontrándose con el motor muerto-¡en el medio de la nada estamos!
-¿porque siempre grita tanto?-le preguntó Felipe asomándose por encima del asiento trasero
-porque se quiere escuchar a él mismo-respondió Fran sonriendo-¡veni! ¡nos quedamos acá hasta que se enfríe!-le gritó por la ventanilla
-¿acá? ¿me oiste decir que estamos en el medio de la nada?-le preguntó Esteban agachado para verlo de su lado de conductor
-no estamos en el medio de la nada-respondió; eso alivió a Esteban, tal vez tenía algún conocido cerca-estamos bajo las estrellas...
-no, bueno-dijo él enderezandose para apretar su tabique con la idea de calmarse
-veni,pibe, vamos a verlas-dijo Fran bajando del auto
-¡si!-gritó Pipe, siguiendolo
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Pasó una media hora.
Fran y Pipe miraban las estrellas acostados cerca del auto.
Esteban estaba de pie fumando-¿esa cual es?-preguntó Felipe apuntando a una serie de estrellas en el cielo
-esa es el rey sapo
-no existe esa constelación-le corrigió Esteban-es la osa mayor, esa, Felipe
-intelectual-le dijo Fran en tono burlón
-campesino-respondió él acostandose con ellos, dejando a Pipe en el medio
-esas son las tres marias
-¿como sabes todo eso, Esteban?
-adivina
-¡ufa! ¡no quiero ir a la escuela!-se quejó el chico cruzando sus brazos
Siguieron mirando las estrellas hasta que Felipe se quedó dormido.
Esteban lo tapó con su saco y cruzó sus piernas-¿como estás?-le preguntó en un susurro a Fran
-podría ser peor
-no veo como
-podría realmente estar en el medio de la nada y solo-le explicó mirandolo-pero estoy con ustedes dos, mirando las estrellas
Esteban sonrió ante lo tierno y simple que eso sonaba y se relajó mirando el cielo.