Fuerza policial

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No había sabido por dónde empezar, solo salió de casa, subió al auto y empezó su recorrido por todas las comisarías de la ciudad.

Debía preguntar por él de un modo discreto, no podía levantar ni la más mínima sospecha sobre su intención de encontrarlo, porque si lo hacía quedaría involucrado y eso ni siquiera era lo peor, lo peor era nunca encontrarlo, a nadie le importaba lo que pasaba con un homosexual en Buenos Aires, en el año 1950.

Fue a una, luego a otra, y ya casi era de tarde cuándo llegó a la comisaria tercera.

Entró nervioso y se acercó al escritorio del comisario.
el tipo lo miró y mientras él explicaba que estaba buscando a su "primo" y lo describía, pudo notar como una sonrisa oscura se dibujaba en el rostro ajeno.

-hay un puto asi, acá, lo detuvieron porque estaba generando disturbios-y acercándose a Esteban, agregó-yo que usted sacó de mi vida a ese tipo de maricones asquerosos, ¿vio? como para no quedar enganchado...

-mi...mi primo acompañaba a sus amigos, no creo que él...

-claro, claro...deme sus datos-le pidió

Esteban tuvo que dar información personal suya y pagar una elevada fianza sin chistar, sintiendo el miedo por estar entregandole a la policía datos suyos, lo que era un claro riesgo.

Esperó durante una hora y pasada esta, un guardiacarcel liberó a Francisco.

Francisco había ido a la primera protesta por derechos el día anterior.
la policía había reprimido y se lo había llevado.
ahora estaba bastante golpeado, con la ropa rota y sucia, aunque seguía sonriendo, ver a Esteban le hacía feliz.

No dijeron nada y subieron al auto que arrancó casi sin terminar de cerrar las puertas.

-fue un éxito, levantaron la nota desde un diario, nos hicimos escuchar, es muy importante eso y...-notó que Esteban ni siquiera lo miraba--¿estás bien?-le preguntó acariciando su brazo

-no me toques

-¿que pasa?

-dejame manejar, Francisco

Fran sabía que estaría así de enojado, asi que le hizo caso y no volvió a hablar hasta llegar a casa.

●●●

En casa y luego de una ducha de agua caliente, Fran se sentía mejor.
fue a la sala dónde Esteban bebía café y se sentó a su lado

-Esteban...

-tuve que usar todos mis ahorros para pagarte la fianza

-te lo voy a devolver

-y tuve que dejar mis datos en la comisaría-le dijo mirandolo

-creen que sos mi primo...

-¡no son idiotas! ¡estamos fichados los dos! ¿no lo entendes?

-mi amor, calmate...

-van a venir acá, nos van a matar, se va a enterar todo el mundo y todo por andar haciendote el justiciero-Fran intentó abrazarlo pero él no se lo permitió-dejame

-no van a venir por nosotros, no va a pasar nada...yo no voy a dejar que te pase nada

Esteban apoyó sus codos en las rodillas y cubrió su rostro con ambas manos. estaba llorando

-Esteban-le llamó él acariciando su espalda, preocupado

-tenía miedo-le dijo separando sus manos para mirarlo-no sabía dónde te habían llevado, que te estaban haciendo...

-pero estoy acá ahora, me pegaron un poquito y nada más...

-si a vos te pasa algo yo me muero, Francisco

-mi amor-le dijo bajando del sofá para arrodillarse en frente suyo; le tomó el rostro con ambas manos obligando a mirarlo-no va a pasar nada...

-sos todo lo que me importa, no podría soportar que te hagan algo, no quiero que vayas más,por favor...

-pero esta funcionando, y en realidad no me pasó nada...

-¿no entendes todo lo que podría pasar? que está vez no haya sido asi, no quiere decir nada...

-Esteban-le dijo con firmeza-no puedo vivir escondido,no puedo vivir con tibieza sabiendo que ahí afuera nos están matando. le tengo que poner el cuerpo a esta causa y tal vez,algún dia,las cosas cambian, necesito esperar que sea asi. nunca voy a pedirte que me acompañes, y voy a tener que ser más prolijo con la policía, las fianzas y eso, pero no puedo quedarme aca viendo como...

Esteban se puso de pie y lo esquivó.
se apoyó contra una pared y se limpió las lágrimas.
Lo miró alli, aún de rodillas, con el labio partido y un moreton bajo el ojo de derecho.
sentía tanto amor por él que llegaba a desesperarlo, quería hacer lo imposible por meterlo en una caja de cristal y que nadie lo toque nunca.
pero aquélla tarde, mientras intentaba calmarse, entendió que no podía hacerlo, Francisco necesitaba sentirse libre, y él no podía evitarlo.

Fran se puso de pie y caminó hasta él; lo abrazó por la cintura y apoyó su cabeza en el pecho contrario escuchando los latidos de su corazón.
Esteban lo abrazó con fuerza y luego subió una mano hasta su pelo, acariciandolo.

-sos el amor de mi vida-susurró con la mirada perdida en la sala-necesito que te cuides más

Fran levantó su cabeza y lo miró antes de darle un corto en los labios.

-vos también sos el amor de mi vida, va a estar todo bien

Esteban no estaba seguro de eso pero ya no quería pensarlo.
lo besó con fuerza, quería olvidarse de todo lo que había pasado, quería perderse nuevamente en sus labios y sentir que estaban bien, que nadie podía hacerseles daño nunca.

-¿no te enamoraste de ningún policía, no?

Fran se rió, y negó con la cabeza

-ya estoy enamorado yo-le dijo tomandolo de la mano, listo para llevarlo al cuarto

●●●

Esteban le había sacado la camisa.
Fran jugaba con el borde de su pantalón.
la cama se movía suave sosteniendo ambos cuerpos que se besaban y acariciaban como si fuera la primera vez.

Fran tenía un gran chupón en el cuello que le ardía en el momento en que le bajó el pantalón junto con la ropa interior.

Esteban estaba duro, se habían friccionado durante largos minutos, y ahora cerraba los ojos sintiendo la lengua ajena recorriendo cada centímetro de su piel caliente.

Cuando la cabeza de Fran empezó a moverse, simulando embestidas con la boca, Esteban tiró fuerte de su pelo y empezó a mover su cadera, invadiendo más su boca, llegando más profundo.

casi no tuvo tiempo de acabar cuándo ya tenía a su novio debajo de su cuerpo, con las piernas enganchadas en su cadera.
empezó a prepararlo mientras lo besaba con cuidado, por la herida que tenía, y cuándo estuvo listo empezó a penetrarlo.

hacer el amor con Francisco no se parecía a nada en la vida, era una conexión desesperante y siempre tenía gusto a poco,siempre queria más.

Fran rasguñaba su espalda y le besaba el cuello enterrando en él los gemidos de placer que brotaban desde adentro, y cerró los ojos,recibiendolo, ajeno a lo que ocurría alrededor.

y alrededor estaban ocurriendo algunas cosas.

1950: 𝐞𝐬𝐭𝐞𝐛𝐚𝐧 𝐱 𝐟𝐫𝐚𝐧𝐜𝐢𝐬𝐜𝐨Where stories live. Discover now