24 | No es cualquier chica

2.3K 169 32
                                    

24 | No es cualquier chica


Scarlett

Tengo dos problemas en este momento: el primero, es que he estado evitando a Christopher durante la última hora que hemos pasado en el restaurante asegurándonos que todo esté bien para cuando lleguen nuestras familias y él, sin duda, está comenzando a darse cuenta.

El segundo es que no dejo de pensar en si él me habría besado ayer si le hubiera dicho que sí. ¿Le gusto lo suficiente cómo para que me bese? A veces me pregunto si aquel otro beso en la fiesta fue solo por lástima, para que pudiera darle su merecido a Henry. Por supuesto que él ni siquiera me besaría.

Alguien como él jamás se fijaría en mí. Nadie se fijaría en mí. Punto.

Somos completamente diferentes. Él es un espíritu libre sin ataduras, mientras que yo sigo al pie de la letra todas las reglas. Él sale de fiestas para pasarlo bien, mientras que yo prefiero quedarme pintando en mi habitación. Él es divertido, yo soy aburrida. Él es extrovertido y yo siempre paso desapercibida.

Llevo saliendo con él un mes y todavía no sé nada de él. Sigue siendo un completo extraño para mí. Uno que sabe muy bien cómo hacerme sentir mariposas en el estómago, pero un extraño al fin y al cabo. Y eso me desconcierta más de lo que quiero admitir.

Lo examino de pies a cabeza al otro lado del restaurante. Lleva puesto un pantalón beige y una camisa blanca, acompañados de unos tenis. Y aún así, se ve tan... tan bien. Su barba está bien cuidada y su cabello despeinado le da un aire desenfadado pero atractivo.

Observo su rostro, su perfil. Me gusta cuando hace eso con su mandíbula, se ve tan varonil, tan...

Mierda, está viendo para acá.

Intento desviar la mirada en vano, pero es obvio que ya me descubrió. Y ahora viene hacia mí. Miro a mi alrededor, buscando alguna forma de escapar, pero no hay dónde esconderse.

—¿Cómo van tus padres? —me pregunta nervioso.

Mi corazón se aprieta un poco ante su pregunta. Pero antes de que pueda responder, una mujer entra en el restaurante. Christopher la ve y una expresión de sorpresa cruza su rostro.

—Christopher, querido —saluda una mujer con una sonrisa.

La mujer irradia una elegancia que podría rivalizar con la de una reina. Lleva un traje formal que parece haber sido diseñado especialmente para resaltar su belleza. La tela se ajusta perfectamente a su figura, realzando sus curvas de manera sutil pero impactante.

Lleva el cabello recogido con un elegante moño, mientras sus ojos verdes, brillantes y penetrantes, parecen escrutar cada rincón del lugar.

—Madre, te presento a Scarlett. Scar, ella es Cristina —dice Christopher con una mezcla de orgullo y resignación en su voz.

La mirada de su madre se posa en mí, y por un breve momento, me siento abrumada por su belleza. Es como si estuviera viendo a una reina en carne y hueso, demasiado hermosa para ser real. Ya sé porque hace hijos tan perfectos.

Asiento con la cabeza, devolviendo la sonrisa de Cristina.

—Un placer conocerte, Scarlett —dice Cristina.

—El placer es mío, señora —respondo, extendiendo la mano con cortesía.

Sin embargo, noto que su respuesta no es tan efusiva como esperaba. Su apretón de manos es breve y su sonrisa parece forzada. Siento un pinchazo de incomodidad, preguntándome si tal vez no es así como se saluda a la gente rica, o si acabo de hacer el ridículo.

Corazones de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora