29.- Una cita especial

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Capitulo 29: Una cita especial

Nos vemos en frente de la biblioteca a las 2, ya le hable a papá y quiere conocerte

No es lo que esperaría de un mensaje a las ocho de la mañana de un día sábado, pero saber que ella se preocupa por mi es mas que suficiente para poner una sonrisa en mi rostro. Me refriego los ojos con el dorso de la mano para espantar el sueño, siento mi estomago apretado por la inminente vista que haré a casa de Scarlett y no es para menos si conoceré a su padre cara a cara. Ni siquiera le he pedido que sea mi novia como se debe, su padre me matara antes de prestarme la casa del bosque y mucho antes de saber que lo hace tan raro.

Doy un giro de costado en la cama y alargo la mano para abrir la cortina, los dos huéspedes que duermen en el suelo de mi cuarto se quejan por la entrada del sol y toman asiento, sus cabellos largos estan alborotados hacia todos lados dándoles un aspecto despreocupado, contra todo pronostico ninguno quiso cortarlo y mi flequillo ya tapa mis ojos cuando esta lacio. Eitan bosteza contagiando a Yves que cubre su boca. Es temprano pero no nos haría mal salir a dar una vuelta, como una manada.

-Vamos levántense, a las dos veré a Scarlett.- echo hacia atrás las mantas de la cama y dejo el móvil sobre la mesa de noche, Yves se queja tirando su cojín a mi rostro.

-No es motivo para despertarnos tan temprano mocoso, que hora es...¿¡las ocho!? ¡Estas loco!- el chico se vuelve a acostar llevando las mantas hasta su cabeza.- despiertame a una hora decente.

-Ya que los tres nos encontramos mejor, quiero ir y dar una vuelta.- el rostro de Eitan se ilumina y de un salto se pone de pie, es como un niño al que le prometieron ir a una dulcería.- vamos Yves, no seas gruñón.

Los ojos de Yves aparecen al borde de las mantas, tienen su color dorado al rededor del iris y regresan a ser negros. Me he dado cuenta que hacen eso cuando está emocionado, solo un empuje y sera el mas feliz corriendo por el bosque, estoy seguro. Eitan hace su magia acercando su rostro al de Yves, nadie podría negarse ante esa mirada de suplica.

-Esta bien, necesito estirar musculo.- Eitan da un grito de alegría y se cola en el baño, creo que a olvidado que no escogió ropa. Me río un poco ganándome un gruñido de Yves que se levanta y comienza a buscar en mi armario.- ¿aun no hablas con ese mocoso del otro día?

Lo miro frunciendo del ceño, me mira por sobre el hombro a espera de una respuesta pero al ver mi mueca de confusión suelta un suspiro resignado Lo siento pero soy lento Regresa su mirada al interior del armario y lanza un par de pantalones hacia la cama, estos chicos tienen la costumbre de usar mi ropa favorita.

-Ese chico de pelo cobrizo, el que se quedo hasta ultimo el día del ataque.- se acerca con dos camisetas sin manga que deja junto a los pantalones.

-¿Que debería de hablar con Eliot?- el moreno toma asiento junto a mi en la cama, rueda los ojos antes de negar.

-Carlos ya te explicó lo de los lazo ¿no? Eitan me contó pero seguía con dudas respecto a eso.- desde el baño se oye una melodía que seguro Eitan esta silbando mezclada con el sonido del agua, el castaño se acomoda el cabello en un tomate y lo ata con un elástico.

-Creo que lo entendí bastante bien, solo... - me muerdo el labio ¿Por que soy tan extrañamente raro? La risa de Yves provoca que mi mano se mueva sola hacia su nuca y le de un golpe que lo hace callar y fulminarme con la mirada, me encojo de hombros haciéndome el desentendido.- de todos modos ¿que tiene que ver eso con Eliot?

-Carlos tiene razón, posees una común pero desconocida capacidad para crear lazos con las personas, había alguien así en la manada en la que nací. Como sabrás los lobos son leales, en cierto sentido, y cumplen sus promesas.- me mira esperando que diga o comente algo, pero la verdad...no entiendo nada. Yves suspira.- es claro que ese chico te estima y me imagino que te prometió su ayuda en algún momento.

Aun si no me escuchas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora