Capítulo 2

51.7K 2.9K 148
                                    

Hola, lectores. Aquí les traigo el capítulo dos. Espero que lo disfruten.

 ****************************************************************************

                                                                                   II

Nathan no tarda en alcanzarme y agacharse a mi lado. No le quito la vista de encima. En especial cuando veo que estira su bracito con la intención de tocarme.

—¿Estás bien? —me pregunta, posando su pequeña mano sobre mi hombro. Entonces me fijo en su carita consternada. Me mira con sus enormes ojos grises bien abiertos—. Lo siento. No sabía que no ibas a poder defenderte.

Este es el colmo. ¿Cómo se supone que me voy a defender de un ataque que ni vi llegar? Además, de haberme dado cuenta de sus intenciones,  tampoco habría sido capaz de atacarlo. Él es un niño, por Dios. Podría ser mi hermano menor.

—¿Es así como reciben a los recién llegados?, ¿atacándolos sin motivo alguno?

El pequeño niega con la cabeza.

—No sin motivo.  Lo hice para probar tus poderes. No soy el único que quiere hacerlo, Josh dijo que también te probaría.

¿Josh? ¿Quién rayos es Josh? Espero no topármelo. No estoy preparada para este tipo de iniciación. Ahora entiendo por qué Reed insistía en mantenerme aquí. ¡Esta gente está loca!

—Pues ya ves. Soy muy débil —digo con un tanto de resentimiento.

Odio sentirme así, tan desvalida e indefensa.  Presiento que mi vida en la base va a ser más difícil y complicada de lo que pensé.

—No es tu culpa. No sé medir mi fuerza —dice Nathan agachando la cabeza.

Pese a la rabia, no puedo evitar sentir compasión por él. Es solo un crío. Uno fuerte, claro, pero sigue siendo un niño.

En eso Reed entra al cuarto, interrumpiendo la conversación.  Su mirada oscura se detiene en mí; luego en el pequeño agachado a mi lado. 

Nathan voltea la cabeza y da un respingo. Su cara se ve pálida, como si hubiera visto un fantasma.

—¿Se puede saber qué haces tú aquí? —pregunta Reed, clavando sus ojos en el chiquillo, quien se escurre y pega a la pared.

—Y..yo…yo —balbucea Nathan, tratando de explicarse sin tener éxito.

—No te pongas así. Fui yo quien lo dejó pasar —intervengo.

Aunque Nathan me haya atacado, me da mucha pena de él. Reed es muy sobreprotector conmigo; podría darle un castigo muy severo.

—Así que lo dejaste entrar... —dice Reed, mirándome con escepticismo.

Mantengo mi postura. Si quiero ayudar a Nathan, tengo que ser fuerte y no dejar que me intimiden.

—Ya te lo dije. Lo vi afuera y lo invité a entrar. ¿Verdad, Nathan?

El niño reacciona rápido y asiente con la cabeza vigorosamente, siguiéndome el juego.

Reed se rasca la barbilla y aprieta los labios, como sopesando lo que le acabamos de decir. Luego pregunta:

—¿Por qué estás tirada en el suelo entonces?

¡Demonios! «Piensa, Ally, piensa», me urjo, tratando de encontrar la explicación perfecta.

Los ojos de Reed parecen botar chispas mientras me observa. Estamos jodidos, es imposible engañarlo. Con lo poderoso que él es, no me quedan dudas de que ya se enteró  de la verdad. Nathan no parece tener el mismo poder que nosotros, le sería muy fácil leerle la mente si así lo quisiera.  

The Exiled [Dangerous Minds 2]Where stories live. Discover now