Capítulo 13

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XIII

Ahora sí que estoy delirando. Esto es inconcebible. ¿Yo, una Clasista? Me le quedo viendo fijamente, buscando algún indicio que me indique que está bromeando o que ha perdido la cabeza. Nada, su rostro luce más impasible que nunca.

—No puedes estar hablando en serio.

Adam se inclina sobre el escritorio, lo cual me hace cruzar los brazos para mantener la distancia. «Dios, ¿por qué tiene que escudriñarme con esos ojos tan penetrantes?» Siento como si me estuviera leyendo la mente. Oh, la ironía.

—Tus habilidades son excepcionales, ¿por qué no estaría hablando en serio?

—¿Excepcionales?

Sí, sobre todo. Por eso mismo es que Aysha no me deja ni respirar, por el dominio que tengo de mi don.

—Créeme. Para el poco tiempo que llevas ejerciendo tu poder, te desempeñas por encima de la media.

Adam se ve muy convencido de lo que dice, por lo que decido no llevarle la contraria. Si lo hago podría estar aquí lo que resta de tarde discutiendo con él.

—Como tú digas…

—¿Qué dices entonces? ¿Aceptas?

Eso no tengo ni que pensarlo. La respuesta es más que obvia.

—Lo siento, no estoy interesada.

El Clasista se lleva la mano a la barbilla, como contemplando lo que le acabo de decir.

—¿Esa es tu respuesta final? Te perderías de muchos beneficios…

Adam está muy equivocado si cree que con eso me va a convencer. Los Clasistas no son respetados por sus obras de caridad, sino por el miedo que infunden a las masas. De acuerdo a lo que he escuchado, el grupo aprovecha sus conexiones con los de mayor rango para ganar prestigio y oprimir a los que consideran inferiores que ellos.

—Ya te lo dije. No me interesa pertenecer a tu grupo —digo, y dando por terminada la conversación, me doy la vuelta. Mi intención es largarme de allí, pero Adam tiene otra idea en mente.

—¿Aunque eso signifique no saber el paradero de Thomas?

Me detengo en el acto. El prospecto de obtener información me hace considerar la proposición del aspirante a oficial por unos segundos. Luego rectifico. Mi instinto me dice que no vale la pena involucrarme con los Clasistas. Si Reed estuviera aquí no lo permitiría. De eso estoy segura.

Además, si me hiciera miembro, estaría defraudando a mis nuevos amigos. Nathan y Josh poseen una aversión bastante arraigada hacia ellos. Incluso Clara, la más neutral de los tres, ha manifestado su desagrado hacia las actividades del grupo.

—Me tomaré el riesgo —digo sin encararlo, para después abrir la puerta y salir de la oficina.

Mis piernas no pueden moverse más rápido. Sí, lo acepto, soy una cobarde. Ni siquiera me atreví a verle la cara por miedo a enfrentarme a su furia. Solo espero que no se lo tome tan mal, pues me da la impresión de que Adam no está acostumbrado al rechazo.

Caminando por los pasillos de regreso a mi dormitorio, me encuentro de frente con Nathan y Josh.

—Al fin te encontramos. Clara nos dijo lo que pasó, ¿estás bien? —pregunta Josh.

Su voz se escucha ahogada, como si hubiera venido corriendo. Nathan me mira con sus enormes ojos de cachorrito preocupado . Qué conmovedor.  A la verdad que me alegra mucho no haberlos defraudado. Ellos son los mejores amigos que podría tener.

The Exiled [Dangerous Minds 2]Where stories live. Discover now