The Exiled [Dangerous Minds 2]

Capítulo 6

 Por aquí les dejo el capi nuevo como les prometí. Que lo disfruten. =)

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VI

Luego del mismo protocolo de mostrarle mi brazalete al encargado de turno, continuo con Aysha hacia la sala de paredes acolchadas. La sigo arrastrando los pies, cual prisionero condenado a la horca. No quiero ni pensar en la penalidad que me impondrá. Solo espero que aquí sean como en el resto de los estados y no favorezcan el castigo físico.

La oficial se vuelve cuando entramos al cuarto, igual de seria que al principio.

—No me he presentado formalmente. Soy Aysha Collins, líder del escuadrón número cuatro y, como ya sabes, tu nueva mentora.

No sé qué contestarle. ¿Mucho gusto, me llamo Alison Lombardi? La hipocresía se desbordaría por mis labios. Para mí no es ningún placer conocerla. No me debato por mucho tiempo, pues, para mi alivio,  Aysha continua con la conversación.

—Bien. Si no quieres presentarte no te voy a obligar. Hablemos de lo que sucedió allá fuera. Violaste las leyes de la base y, como tu mentora, no puedo hacerme la de la vista larga. Trabajarás en la cocina el fin de semana para enmendar tu infracción. Te daré los detalles cuando termine de evaluarte.

—¿Evaluarme? —Mi voz suena alarmada y me reprendo por ello. No quiero que piense que estoy asustada.

—Será algo sencillo, no te preocupes.  Necesito evaluar tus destrezas para diseñar tu plan de entrenamiento.

Reed nunca me evaluó, por lo que me imagino que no es un requisito, sino algo que ella hace por su cuenta.

—Comprendo.

 —Bien. Si no tienes más preguntas podemos comenzar.

La supuesta evaluación consiste de un duelo. El más difícil que he tenido desde que mi don despertó, sin contar el de Bruce. Aysha es muy diestra en lo que hace. Me atrevería a decir que más que Reed.

Por más que lo intento, no puedo atravesar sus barreras blindadas, ni tampoco mantener mis defensas por mucho tiempo, al punto que a los pocos minutos me quedo sin energía. Demonios. Sabía que el percance del pasillo me iba a afectar.  No tengo fuerzas, será un milagro si no me desmayo. Como no quiero darle el gusto, sigo luchando, tratando de erguir mis barreras.

La presión en mi cabeza desaparece segundos después. La miro confundida. Pensé que la evaluación duraría más tiempo.

—Vamos a dejarlo hasta aquí —dice Aysha—. Es obvio que no puedes continuar.

Sus palabras me dejan un sabor amargo en la boca. Me queda claro que no cumplí con sus expectativas.

—No estoy cansada. Podemos continuar —insisto, sabiendo que no es cierto.

 El rostro de Aysha, antes neutral, se endurece.

—Tu orgullo no te llevará a ninguna parte. Estás en tu límite. Si continuas, lo único que lograrás será lastimarte.

Habría preferido que me gritara o insultara por mi insolencia, pero ella es tan perfecta que nunca pierde los estribos. Me enferma el control que tiene sobre sí misma. Soy la pareja de su ex novio, por Dios. Eso tiene que molestarle. Si yo estuviera en su lugar aprovecharía para hacerle la vida imposible.

Ganas no me faltan de decirle que no soy ninguna orgullosa, que puedo dar mucho más. Si no fuera por lo que me pasó en el corredor, habría podido demostrárselo.