6. Venganza, odio y revelación

17 1 0
                                    

La sangre corría por la mejilla de Karo. El último golpe de Schezeder había golpeado de lleno. Era muy rápido y fuerte para su tamaño y anatomía, aunque realmente no esperaba menos del tercer Lord Demonio.

Su enemigo media casi el doble que él y tenía una forma de centauro, la mitad del torso para abajo tenía pertenecía a la de un reptil, era muy similar al cuerpo de un cocodrilo pero con seis patas, la superior, antropomorfa con la diferencia de que poseía dos cabezas. Unos desagradables tentáculos ocupaban el lugar en el cual estaban sus brazos antes de ser desmembrados por el filo de su espada.

Una gota de sangre cayó al suelo, Karo yacía arrodillado tratando de tomar aliento, ya llevaba casi una hora de combate, agotado y mal herido, no tuvo suficiente descanso como para que sus heridas se cerraran desde el encuentro con el cuarto Lord Demonio, hace tan solo dos días. Kawa permanecía en el suelo inmóvil, a unos cuantos metros junto a los dos pedazos de madera que antes eran su lanza, inconsciente.

        —Eres muy débil cazador —dijo la cabeza izquierda de Schezeder —, no puedo creer que así hayas derrotado a nuestro hermano.

        —Vamos Sche, comamoslo, quiero comerlo... ¡Rápido! —exclamaba desesperado la cabeza derecha, con una voz horrible, mientras se lamia sus labios resecos.

        —¡Cállate Zeder! —gritó la otra manteniendo su fija y escalofriante mirada hacia el malherido espadachín.

        No respondió, pensaba... era de esperar que los Lord Demonios fueran enemigos sorprendentemente fuertes, pero lo cegaban las ganas de salvar a su hermana de las garras de Ryoko, y para lograrlo tendría que matar a cada uno de los cuatro Lords.

        Intentó levantarse, su brazo izquierdo estaba roto, al igual que algunas de sus costillas, tenía cortes por todo el cuerpo, tardaría en recuperarse de esta pelea... si es que sobrevivía.

        Pasaron minutos desde que comenzó a sentir la espada palpitar en su mano, inquieta,  pareciera que sintiera la próxima derrota de su amo e intentara defenderlo por ella misma. "¿Que me quieres decir?" pensaba el cazador una y otra vez, aún no aprendía a comunicarse con su arma.

        Se levantó lentamente, ya no sentía su brazo izquierdo. La vista se le fue por un segundo, hasta que recobró la compostura, indudablemente estaba llegando a su límite... pero tenía que vencer, porque de lo contrario, él, sus hermanos, morirían.

        Comenzó a correr con todas sus fuerzas, todas las que le quedaban. Al estar al alcance de los tentáculos de Schezeder, se esforzó en tratar de esquivar la lluvia de golpes a la que era sometido. El punzante dolor que le producía cada impacto debilitó aún más su espíritu de lucha, pero en su mente, la imagen de su hermana raptada, impedía que desfalleciera.

        Dirigió rápidamente su espada hacia la cabeza izquierda del Lord, logró golpear en la  oreja izquierda, atravesar la carne y cortar el cráneo, para luego salir por el lado opuesto de la mandíbula.

        —Z-Zeder —trató de articular lentamente Sche, mientras veía la mitad de su otra cabeza caer y la cara se le manchaba de la sangre que salpicaba —... ¡Bastardooooooooo!— profirió con una voz gutural que hizo que hizo a Karo estremecerse.

El plan funcionó, en lugar de tratar de esquivar los ataques fue más fácil avanzar sin miramientos, y soportarlos, para poder alcanzar a su enemigo, al cual había logrado herir... y enfurecer. Atacaba con sus tentáculos como látigos sin control, golpeaban la tierra y quebraban las piedras, pero sobretodo, lo golpeaban a él, que carecía de defensa alguna contra la lluvia de golpes que recibía. Un par de segundos, y decenas de golpes después, ya no sentía dolor, perdía el conocimiento. "Déjame ayudarte" escucho una voz susurrándole al oído, casi inaudible gracias a los gritos de furia de Sche. De pronto, todo se puso blanco.

La Balada de Omega: Primeros AcordesWhere stories live. Discover now