La Balada de Omega: Primeros Acordes

16. Balas bajo la lluvia

Tenía tiempo corriendo, tenía que llegar al lugar al que se habían dirigido los niños. No fue tan difícil al principio, simplemente tomo un taxi y pidió que lo llevaran a la dirección indicada, pero luego de unos diez minutos su compañera lo llamó con ese "Número Oculto" que tanto lo irritaba y le había dicho que era mejor que se bajara del auto y siguiera el camino a pie. Como era común Adam ni siquiera pregunto por qué y obedeció. Los métodos de Eva eran muy extraños y al principio trataba de entender el porqué de las cosas que recomendaba, pero con el paso del tiempo se dió cuenta que era mejor obedecerla sin más. Con tantos éxitos en la cacería al final terminó ganándole una gran confianza a ella y su mente.

Había visto salir a la chica que vigilaba del bar y supo que era el momento de actuar y acabar con esa tediosa misión. Eugenias no le había gustado para nada, era un lugar de mala muerte sin parecerlo en absoluto y eso lo molestaba. Cerveza barata, ron barato... nada de lo que acostumbraba a beber si no pura "gasolina" camuflada, y no había nada que lo enfadara tanto como eso. Pero igualmente para llevar a cabo el plan de Eva tuvo que asistir tres noches seguidas... esperando a que alguna de las dos Master actuara para poder detectarlas y eliminarlas.

"No podemos matar a esa tal Sara aun... La habilidad del angelino de la supuesta Master Queen complica demasiado la búsqueda... es como si estuviera en todas partes." Le había explicado su compañera cuando él propuso acabar con la más débil inmediatamente "Pero sabemos que ella está cazando y que esta tan concentrada en esa pequeña presa que parece que aún no nos ha detectado... así que esperaremos a que esté lista para atacar, eso simplificara las cosas." Su misión era simplemente estar cerca de la presa de Master Queen o MQ como la había comenzado a llamar Eva y esperar a que hicieran su jugada para que mientras ellas luchaban el pudiera localizarla y mandarla al otro barrio... luego se encargaría de la otra jovencita.

Se echó el pelo mojado hacia atrás pues le impedía ver hacia donde iba. La lluvia había amainado un poco pero igualmente lo había empapado de pies a cabeza. "Espero que me tengas preparada una bañera con agua caliente cuando vuelva al cuartel porque si no..." sus pensamientos se interrumpieron cuando noto un taxi estacionado con las luces encendidas enfrente de la entrada a los galpones. Disminuyó el ritmo para tratar de localizar algún tipo de trampa pero no hayó nada. Siguió avanzando y, de pronto, dejó de llover de golpe, como si se hubiera refugiado bajo algún techo.

Alrededor del taxi aparecieron unas criaturas humanoides de color grisáceo... asquerosas. No tenían rostro, solo una gigantesca boca con dientes afilados y amarillentos que emitía un gruñido perturbador. Eran varias y un par estaban dentro del vehículo. Parecía que habían entrado por las ventanas pues estas estaban rotas. Se escuchaba como si estuvieran comiendo algo. Había entrado en el mundo de un Master sin percatarse... Interesante.

Avanzó un poco y, solo con dirigirle una mirada a las criaturas hizo que estas se evaporaran. Se asomó a la ventanilla del auto y observo un cadáver que parecía ser de un hombre. Suspiró. No sentía al dueño del mundo en ningún lugar, quizás por eso es que había caído tan fácilmente...

La lluvia volvió a caerle encima. Busco en su bolsillo la caja de cigarrillos y la saco para tomar uno... solo le quedaban dos. Del otro bolsillo agarro el encendedor y luego de un par de intentos logro encenderlo, ya se estaba quedando sin aceite. Llevó el fuego al extremo del cigarrillo que tenía en la boca y dió una calada. Volvió a observar el taxi mientras botada el humo de sus pulmones, seguía con los vidrios rotos pero ya no había ningún cadáver adentro.

—No encuentro a MQ... ¿Qué hago? —preguntó Adam a nadie al parecer, pero una risa tímida resonó en su cabeza.

—¿Cómo están nuestra amiga y sus compañeros? —dijo la voz de Eva.