18. Ratones y Leones

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La risa de Master Queen se fue ahogando en la oscuridad, una oscuridad que los envolvía poco a poco, tan negra que de milagro los dejaba ver sus manos frente a su cara. De pronto, reinó el silencio.

Tras un par de segundos el chico intentó llamar a sus compañeras. "Sara" "María" había murmurado al principio pero al ver que no le respondían comenzó a gritar. Se movió un poco en la dirección en la que antes estaban ellas pero no las encontró. Estaba solo en un espacio completamente negro. O eso creía antes de divisar a lo lejos un brillo plateado.

—¿Mica? —preguntó el chico con un hilillo de voz cuando logró distinguir la figura de un espadachín entre la oscuridad, con la espada expuesta, pero no se escuchó a él mismo.

"Tu amigo está muerto" le dijo una voz siniestra, una voz que sonó en su cabeza y en ningún otro lugar. El espadachín se abalanzó rápidamente hacia él. El chico logró esquivar el filo por muy poco, y solo recibió una cortada en la mejilla izquierda. "Ahora te toca a ti" escuchó.

"¿Quién eres?" trató de decir, pero de nuevo no escuchó su voz ni tampoco una respuesta. Tomó su lanza y bloqueó un segundo ataque del enemigo, no sonó el entrechocar de las armas... el mundo estaba mudo. Hizo girar su arma con astucia para romper la defensa del espadachín, el cual, al ver su arma desviada, saltó hacia atrás para reposicionarse rápidamente y lanzar otro tajo que Hugo logró bloquear con el acero de la suya, nunca se escuchó el sonido del metal contra el metal.

"¿Qué sucede?" pensó, como intentando hablar con la voz misteriosa, esta no le respondió. Empujó su lanza y luego saltó "Un ataque desde el aire..." "No servirá" replicó la voz siniestra, como si hubiera escuchado su pensamiento inconsciente, mientras que el espadachín se movía para esquivar el salto del chico.

"¿Lees mis pensamientos?" preguntó Hugo.

"No los leo, los escucho... los escucho como si los estuvieras gritando" El enemigo se movió rápidamente y lanzó un tajo que detuvo justo antes de chocar contra la lanza, la cual estaba preparada para bloquearlo, giró en el suelo y se posicionó justo detrás del chico, el cual, mientras intentaba voltearse para plantarle cara, recibió un tajo de lleno en el pecho.

Se elevó en el aire para luego caer al suelo. Mientras caía pudo ver las finas líneas de sangre que salían de su pecho lacerado. "No puedo perder, tengo que ayudar a Mica..." pensó mientras la boca se le llenaba de sangre.

El espadachín se acercó y le puso la punta de la espada en el cuello "Ya te lo dije antes, tu amigo está muerto".


Sara esquivó un ataque y luego otro y otro. Giró sobre sí misma y golpeó con el espadón la guadaña que la acosaba, haciendo que Master Queen fuera expulsada hacia atrás medio metro.

—¡Planta cara! —le gritó Master Queen, divertida. Ya la capucha no le cubría la cara pecosa y el cabello rojo como el fuego. Sara la había reconocido casi de inmediato.

La chica saltó hacia su enemigo, mientras que el espadón se convertía en una katana. La guadaña bloqueó el golpe y además la hizo retroceder unos pasos con un segundo. Master Queen comenzó a girar su arma frente a ella y se abalanzó rápidamente contra Sara, la cual tuvo tiempo suficiente para posicionar su arma frente a ella y convertirla en un gran escudo dorado.

—Esos trucos sucios... —le comentó Rosa.

—Mira quién habla de trucos sucios —la golpeó con su escudo para hacerla retroceder y saltó mientras convertía su arma en un arco, con el que le disparo un par de flechas. Rosa pudo cortar los proyectiles sin problema alguno y saltó tras la chica. Sara tuvo que convertir su arma en una katana nuevamente para poder bloquear los veloces tajos que lanzaba su rival. La guadaña giró ferozmente en posición vertical y casi asesta el golpe, pero Sara logró desviarse hacia un lado y caer al suelo ilesa —¿Dónde están mis compañeros?

La Balada de Omega: Primeros AcordesWhere stories live. Discover now