n u e v e

129 26 8
                                    

No podía dejar de llorar. Mis ojos no sabían hacer nada mejor que botar aquel líquido salado hasta que me cansara, hasta quedarme dormido en plena luz del día. Estaba tan asustado, tan preocupado. Hace casi una semana no sabía nada de Brendon. Volví a sentir el miedo de estar alucinando, que tal vez él estaba ahí, a mi lado, pero yo sin poder verlo. Podían ser tantas cosas.. Pero la peor de todas, la que no me dejaba dormir por las noches, era el hecho de pensar "Tal vez Brendon era una simple alucinación." No me gustaba en lo absoluto pensar en eso, pero el dolor y el miedo, me hacían creer que todo era posible.

Salí a dar una vuelta al puente de siempre, donde solíamos vernos, donde nos conocimos, donde prácticamente sucedió todo. Sonrió melancólicamente al recordar todo eso. "Tal vez nunca más le vuelva a ver", pensé y unas inmensas ganas de llorar se apoderaron de mí. Oculte mi rostro entre mis manos, llorando como nunca antes.

-Cuanto lo extraño.- Me dije a mí mismo en voz alta.

Tiré la cabeza hacia atrás, mirando el cielo. Tenía frío, mi corazón se sentía vacío; Estaba solo.

-Ya no debes extrañarlo más..

Saqué mis manos de mi cara. No podía creerlo, debía de estar alucinando.

-¿B-Brendon..?- Dije secando mis lágrimas- ¿E-estoy alu-alucinando..?

-No. No lo estás.- Sonrió y me levanté rápidamente a abrazarlo con todas mis fuerzas. Sentí como comenzaba a llorar y acaricié su espalda con movimientos suaves.

-¿Dónde estabas? Te necesitaba..- Lo abrace más fuerte y luego nos separamos, mirándonos a los ojos.

-Es una larga historia, pero..- Suspiró sonriendo.- Ya estoy de vuel.-

Antes de que pudiera terminar, me di el placer de robarle un poco de ese exquisito sabor que él posee, esos carnosos labios que estuve extrañando. Era suave, sin prisas, con todo el amor del mundo. Pero, lamento informar que, necesitaba más. Agarré su pequeña cintura con ambos brazos; Quería sentirlo, tenerlo, asegurarme que no era una alucinación. De todas formas.. Ya no debía temerle a eso, nunca más. Era imposible que Brendon fuera una alucinación, y ya estaba comprobado. Una alucinación jamás me ha durado más de una hora. Ya pasó más de una semana; parece algo milagroso.

-Vamos a tu casa.- Propuso separándose de mis labios.

-Claro.- Guiñé el ojo.- Vamos.

Agarre su mano y fuimos corriendo y riendo durante el camino. Mi niño finalmente estaba de vuelta, ¿Qué más podría pedir?

Hallucination .ᐟ RydenWhere stories live. Discover now