01

2.2K 83 21
                                    

En un pueblo en Oregón, llamado Gravity Falls había una familia, con dos hijos mellizos Mabel y Dipper Pines, cabellos castaños y rizados, ojos color avellana tan claro y hermoso, eran bajos, piel clara como la crema, muy bonita, y su nariz respingada, con tonos rojizos al igual que sus mejillas, de 16 años, estos dos chicos se caracterizaban por una cosa, eran intrépidos e incluso dignos de administración, ya que se metían en cada problema y cada uno más fuerte que el anterior.

Un día aquel castaño decidió ir solo al bosque, para realizar una "búsqueda" o a los ojos de los demás,a un problema. Después de un rato de búsqueda sin encontrar nada interesante, el chico se dio cuenta de que ya estaba en lo mas profundo del bosque y pudo notar que había oscurecido más temprano de lo usual y ya en las circunstancias en las que se encontraba, no le quedó de otra más que acampar ahí.

Al despertar miro a su alrededor para ver donde podría haber estado, no recordaba bien ni por dónde había llegado, comenzó a empacar sus cosas, poco a poco, todas y cada una de ellas, para poder regresar a casa, cuando acabo decidió trepar hasta la copa de un árbol para poder tener una mejor vista del panorama y así, poder llegar a casa, buscaba y buscaba hacia el oeste y se sorprendió de lo lejos que se encontraba.

-¡Cielos hasta a donde vine a parar!- soltó un pesado suspiro y pensó en como regresar a casa y también pensó en lo pesado que sería ir hasta allá caminando.

Bajo de la copa del árbol y a paso relajado comenzó caminar hacia el oeste, respirando tranquilamente y con una mochila colgada en su hombro, mientras cantaba, Castle on Hill. Una gran canción para su gusto, le hacía sentir muchas emociones de momento. Dejando que él tiempo pasase.

A lo largo de su trayecto le dio hambre, por lo que decidió entrar a una vieja cafetería del pueblo, que se encontraba sobre la carretera. Al entrar, se sentó solo, en una mesa a lo lejos de toda la gente. Ordeno tranquilamente su comida ordeno un gran plato de hot cates y una malteada de fresa.

Cuando estaba apunto de comer abrió la puerta un chico bastante llamativo, desde luego también para Dipper y es que vaya que era un sujeto apuesto, era un joven bien parecido, alto, cabello rubio, ojos ámbar hipnotizantes, piel clara, -incluso más que la de él- y una sonrisa encantadora, ya que está parecía amable y muy tierna.

-El chico perfecto para cualquiera- pensó y enseguida sentía sus mejillas arder, no podía separar su viste de aquel chico, hasta que este se sentó y le devolvió una mirada picara, con esto Dipper solo sintio su cara arder hasta las orejas, después de eso Dipper desvío la mirada, ya que al igual que él el tampoco dejaba de mirarlo. Estaban hipnotizados.

Dipper solo comenzó a comer lo más rápido que pudo para poder salir de hay y seguir su camino a casa, cuando acabo de comer el solo pidió la cuenta y se retiró aún sonrojado por lo anterior, tenía una sonrisa algo boba, puesto que mientras comía aquel chico le veía y le regalaba algunas sonrisas pícaras.

Al salir de ese lugar solo sintió una mirada encima de él pero no quiso voltear, no lo haría. Esto siguió así, hasta que al adentrarse en una calle un tanto sola, se agachó un poco para amarrar su habujetas, pero había algo que no cuadraba, sentía una mirada sobre él, se sentía vigilado, pensó que solo era su imaginación hasta que después de seguir unos pasos adelante salio un chico, pero no era cualquier chico, era el mismo de la cafetería este solo se sorprendió y no dijo nada, solo lo miro, y retrocedió un par de pasos.

Cuando el chico rubio se le acercó el menor retrocedió unos pasos más hacia atrás lo qué provocó que este callera. El rubio de inmediato lo noto y solo soltó una risa picara, el castaño estaba confundido, el no lo entendía hasta que el rubio estiro su mano, para ayudarle, el menor acepto la ayuda, pero estaba muy apenado, se quedo por un momento estático hasta que el rubio aplico un poco de fuerza para levantarlo.

Eres mi niño Where stories live. Discover now