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A los pocos minutos de que se habían recostado, había comenzado a pensar en el pasado, todo lo que había acontecido en él, buscando en el pasado, pero en sí, ¿Que estaba buscando?, No lo sabía, sin embargo continúo volviendo en el pasado, buscando en sus recuerdos más dolorosos. Tenía una razón para ser así, él tenía el derecho de ser así después de todo lo que había pasado, era justo. Se había estado sintiendo perdido, sin un lugar al cual llamar casa.

Bill cerró los ojos y comenzó a ver en el tiempo, lo recordaba todo, tenía una excelente memoria, lo que más volvía a él era cuando había comenzado todo, cuando él cambio.

Y recordó todo.

-¡Cariño! ¿Donde estas? -se oía la voz de una mujer joven.

-¡Nunca me vas a poder encontrar mamá, soy invisible. -detras de los arbustos se oía una voz más joven.

-¿No crees que pueda encontrarte? Soy una buena persona sal, por favor. -decía la mujer mientras iba por su pequeño que estaba tras los arbustos.

-Nop, no lo creo, yo soy muy bueno para... Jajaja jajaja -reía jocosamente- ya basta mami jajaja me haces cosquillas jajaja -decía el pequeño, mientras su madre le hacía cosquillas.

-¡Oh! Cariño ya casi llega papá, por que no vas y te lavas las manos, para sentarnos todos y comer. -le decía la mujer al niño, con una sonrisa y una caricia en la mejilla.

-Sí. Me iré a lavar las manos, así papi no se molestará contigo y nos golpeara. También me cambiare, para que papi vea que hoy si dure limpio, ¿si? -decía el pequeño de 5 años mientras se metía a la casa corriendo. A su madre le partía el corazón escuchar esas palabras de su hijo, pero, no había más que hacer, era cierto su esposo los golpeaba, por que le molestaba mucho la suciedad y además se enojaba de cualquier cosa, eso no era justo.

Se abrió la puerta principal de la casa y entró un hombre con traje y lentes oscuros.

-Hola, he llegado a casa. -dijo seriamente.

-Hola papi ¿Que tal tu día? -le dijo el pequeño a su padre.

-Hola, campeón, hoy estuve muy bien gracias, y ¿tu? ¿que tal? ¿Hiciste travesuras? -Bill negó con la cabeza. Entonces, ambos alcanzaron hasta la mesa y se sentaron.

Él hizo sonar una campana y de inmediato una mujer salió con una bandeja, en ella, había tres platos con sopa, la sirvienta ponía temerosa, los platos con comida sobra la mesa.

-Gracias. -dijeron los tres al mismo tiempo.

-Amanda.- Llamo con un tono superior a la mujer que estaba sentada enfrente de el.

-¿Que es lo que quieres ahora? ¿Ya te vas a poner a discutir? ¿O que? -decía la mujer mientras comía y bebía un poco de agua.

-No me levantes la voz; no somos iguales. Además, sabes que no te conviene ¿Verdad? O ¿Acaso quieres que el pequeño Bill sufra las consecuencias? -dijo acariciando la cabeza del mencionado.

-No se te ocurra tocarlo. -Decía la mujer mientras se levantaba de la mesa.

-Yo solo te quería informar que le dijeras a las mucamas que prepararán una habitación extra, ya que hoy llega mi hermano ó ¿acaso tú lo olvidarte?.- Decía en tono de burla, mientras la veía con desprecio.

Eres mi niño Where stories live. Discover now