19

304 20 18
                                    

No podía con esto, lo necesitaba, lo quería y exigía entre mis brazos, pero si regresaba ahora algo malo pasaría y lo acabaría perdiendo. Ya todo lo tenía claro, tenía que sacar del camino aunque no quisiera, aunque doliera, pero por lo menos el estaría a salvo de mí.

Mire al cielo y le rogué que me perdonará por esto, ya había pasado el trago amargo, ya me había alejado lo suficiente como para protegerlo. Ya solo quedaba el que el tiempo se encargará de acomodar las piezas rotas de mi corazón. Yo tenía que hacerme más rígido y duro de ahora en adelante, ya no tenía motivación para seguir avanzando, sin embargo seguía sin razón alguna. Una vez más volteé a ver al hospital, esperando a que una señal llegará y me dijera "Ve por él." Pero nunca sucedió nada, sonreí vacío y me retire de aquel lugar en el que se encontraba, me sentía devastado.

Sabía que al llegar a casa me matarían literalmente, tenía miedo, pero tenía que ir a dar la cara y demostrar que yo era más fuerte que ellos. Qué podía con ellos, jamás dejaré que me miren o traten como basura. Tal vez si, lo acepto me equivoqué en cada decisión que he tomado pero, ¿No sé trata de eso la vida? Según se la vida se trata de equivocarse y aprender de nuestros errores para volverse más sabio y no fallar la próxima vez, de eso se trata ser humano, de fallar y volver a intentarlo una y otra vez, de no rendirse ni escapar de los problemas que nos da la vida. Sin embargo, jamás lo van a entender, no van a entender que yo soy un simple humano y cometo errores. Para mí, siempre todo tiene que salir perfecto pero, no es vivir, al menos no humanamente, es detestable.

Caminé para llegar más tarde a ese lugar, caminé despacio, contemplando todo lo que había a mi alrededor. Por primera vez me sentí libre. Hasta que un auto me alcanzó y se paró, por un momento me sentí nervioso, hasta que lentamente bajo un hombre y abrió la puerta del auto, pero él no salió, solo se quedo ahí y me miró serío.

-¿Qué demonios crees que haces aquí?- Me dijo con voz severa, yo solo me quedé callado; pensativo y quieto. -Responde. ¿Qué está haciendo aquí? ¿Mezclandote con la escoria?- Dijo con cierto desprecio.

-¿Te importa acaso?- Le dije con ironía, le di la espalda y me crucé de brazos. -Además, no creo que debas de sentirte superior a ellos, después de todo, tu también eres un humano, no eres ningún ser divino, solo un hu-ma-no, nada más que eso.- Me miró enfadado e hizo una mueca de desagrado.

-Sube al auto. No tienes nada que hacer aquí con esta gente.

-Tal vez no, pero mínimo aquí me siento humano y vivo. No quiero regresar a ese maldito infierno, si tanto quieres regresa tú.

- No te estoy preguntando si quieres venir. Vas a venir y punto.

-¿Creés?- Y me eche a correr como loco. Corrí lo más rápido que me lo permitían mis piernas.

Del auto salió furioso equel hombre gritando que regresará, no volteé atrás ni una vez. Se que prometí que no huiría, pero vaya que prefería vivír como pordiosero a vivír lo que me esperaba en ese lugar. Después iría a dar la cara, ya cuando todo se calmará, por ahora sería mejor buscar un hotel. Corría y corría, sin detenerme si quiera un minuto, hasta que mis oídos me alertaron, su escuchaba una detonación en mi dirección, venía de lado de la carretera y me golpeó en la pierna derecha, pero no me detuve, baje el paso, pero no me detuve, seguí y seguí, a pesar de que me seguían. El auto aceleró y a unos metros delante de mí se detuvo y de el bajaron dos hombres, uno de ellos me apuntaba con un arma y el otro venía hacia mí.

Era mi fin, me rendí, desacerle el paso, respire profundo y dejé que todo pasará, el hombre llegó hacia mí, me golpeó en la cara reiteradas veces, haciendo que mi nariz y labio inferior sangrarán. Me tapo con una bolsa negra la cabeza, me dio un puñetazo en el estómago, a lo que solo pude responder con un quegido ahogado. Me cargo y me echó a la cajuela. Francamente, esperaba algo peor que ésto, no se, sedantes con veneno o cualquier otra cosa más peligrosa, pero esto era muy poco, tal vez no me mate a golpes después de todo. Tal vez recordó por primera vez que sí soy su hijo y un humano.

Eres mi niño Where stories live. Discover now