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Como se suponía que se iba a sentir, ¿enojado por qué lo abandonó? O tal vez ¿Triste porque no se despidió como se debía? ¡¿Que demonios debía hacer y que debía de sentir?! Había una delgada línea entre ambos.

Solo quería morir en ese momento, por alguna razón se había acostumbrado a su compañía, extrañaba la forma en la que le hacía sentir.

-Solo quería permanecer a tu lado...- dijo triste y comenzó a llorar sin parar.

Se tendría que dar por vencido, tendría que rendirse con él, sabía que no debía de hacerlo, pero, sino renunciaba a él, no podría ser feliz con nadie más, debía de olvidarlo. No importaba cuanto doliera, debía de cambiar lo que sentía, ¿Cómo iba a transformar el amor en olvido? ¿Cómo cambias todas la veces que lloraste con esa persona, las veces que reiste, las veces que besaste o sentiste amor? ¿Cómo? ¿Hay algún manual para eso? No sé puede simplemente olvidar todo, es difícil, cuando es un buen o mal recuerdo nunca se olvida, la mente tiende a olvidar lo más insignificante, lo que no importa, lo que puede ser basura, tanto como al corazón; como en la mente.

La puerta se abría lentamente, él no prestaba atención, estaba hundido en sus pensamientos, se sentía muy cansado física y mentalmente. Pensó en dormir, tal vez sería una buena anestesia, después de todo, la necesitaba. Lentamente cerraba sus ojos, de un momento a otro los sentía muy pesados, su cuerpo se relajaba lentamente más y más, cada músculo, su mente se iba vaciando hasta quedar en blanco y sus ojos se cerraban co lentitud.

-Por que me dejaste solo aquí... - Pensó y cerró sus ojos plácidamente.

Minutos después de caer en el sueño, comenzó a sentirse incómodo, de algún modo sentía que faltaba algo. Pero, ¿que era? Se movía en la cama, de un lado a otro, quería dormir pero no podía, el "algo" que faltaba le incomodaba mucho, lo hacía de alguna forma sentirse "incompleto".

El tiempo pasaba, primero pasaron 10 minutos seguía sin poder pegar el ojo, luego 30 minutos y nada, después 1 hora y aún no lograba consolar el sueño, ¿Cuánto tiempo más seguiría sin poder dormir? tal vez 5 horas más, no lo sabía. Se sentó en la cama y miró vacío hacia otro lado.

-Soy un completo tonto, sino hubiera hecho caso esa mañana todo seguiría bien con Bill todo estaría bien, pero... ¿Cómo lo iba a ignorar? Tenía una dulce sonrisa y era de verdad lindo conmigo- el color se había subido a sus mejillas, unas lágrimas ya hacia en sus ojos marrón. -. No quiero olvidarme de ti, regresa solo un poco más...- su voz era pesada y lentamente rompía en llanto -¡Bill! ¡No me dejes aquí sin ti! ¡Después de todo lo que hemos pasado y solo te vas sin decirme nada! ¡De verdad que eres un gran idiota!- sus sollozos se hacían presentes en toda la habitación, tenía la cara roja al igual que sus ojos, se tallaba levemente sus ojos.

La puerta se abrió provocando que el chico volteara con rapidez, una sonrisa, amable, cálida, angelical y comprensiva venía de la puerta, los ojos del chico se iluminaron como dos estrellas, sus de sus ojos dejaron de caer lágrimas saladas, sonrió con tristeza levemente la persona contraria, al ver aquella figura fémina ante sus ojos, era un ángel.

-... Yo te escuché llorar y luego levantar un poco la voz...- sonreía con tristeza y al mismo tiempo miraba al piso - y yo... yo de inmediato supe lo que pasaba... no quise entrar, tu te tenías que desahogar... de algún modo, era necesario. ¡Oh cariño! No pasa nada si lloras, es parte de vivir.

El castaño estaba sorprendido y feliz, su corazón y el tiempo se habían detenido al ver lo que tenían en frente, muchas emociones lo invadieron, tristeza, felicidad, miedo y demás, había dejado de llorar y ahora solo se tallaba los ojos para limpiar los restos de lágrimas y comprobar que aquello no fuera una alucinación. La habitación estaba completamente callada, solo se escuchaban los aparatos a los que estaba conectados y el ruido de las manecillas del reloj avanzando de forma lenta.

Eres mi niño Where stories live. Discover now