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—Entonces, eso pasó... —dijo tratando de soportar la risa.

—¡No te burles! —reclamo Bill ofendido.— Te estoy contando mi situación para que me ayudes, no para que te burles.

—¿Y porque no sólo le preguntas si nombre? —preguntó Chris.

—¿Crees que no lo intenté? Es que soy muy torpe a veces. —dijo llevándose su mano a la cabeza y dándose pequeños golpes, repitiéndose en sus adentros "que gran idiota soy" con obviedad. —Además, ¿Que posibilidad hay de que me hable? Una vez conozca quién soy sólo me hablará por interés. Desearía ser sólo una persona simple. —dijo simulando llorar.

—¿Y porque no? —habló un tercero entrando por la puerta.

—Joder, ¿Desde cuándo estás ahí? Casi me matas del susto. —habló enojado Chris.

—Venia a que me firmarás unos papeles hace unos... Veinte minutos —dijo desvergonzado.— Hey, Chris. ¿Que tal parece la idea de ser personas normales?

Ambos lo voltearon a ver confundidos. Poco después comenzaron a reír, pero al ver que su compañero iba enserio su sonrisa desapareció.

—¿No somos ya personas normales? —dijo Bill.

—Yo también creí que lo éramos. —respondió entre risas Chris.

—Están muy equivocados, niños. Las personas normales —hizó comillas con ambos dedos, desviando la mirada con burla—, no tienen ni su propia isla privada, ni un jet, ni Lamborghinis.

—¡Ay, por dios! Pobres personas —dijo fingiendo estar perturbado ante el dato—. Pero Tei, Chris y yo, no sabemos hacer nada, es imposible que sobrevivamos por nuestra cuenta.

—¿Que pasará con la empresa?

—Yo me encargo, ya me cansé de ser el niñero de dos tipos mimados.

—¡Oye! —gritaron al mismo tiempo ofendidos.

—¡Ya! Apartir de hoy están despedidos y despojados de sus lujos.

Los chicos, quienes estaban centrados murmurandose y riendo, gritaron repentinamente con gran sorpresa. Reclamando y apelando que "no podía hacer eso, porque no eran sus bienes". Teiyari solo reía y les respondía "me vale madre, ya les congelé las cuentas a los dos".

Pasaban los minutos y seguian gritando los dos. Cosa que le parecía divertida a Teiyari, ver los berrinches de ambos por su dinero era algo divertido y hubieran seguido así, de no ser porque a Bill se "le ocurrió" determinarlo con un juego de mesa. Las reglas eran simples, quién saliera primero se iba, el último en quedarse dentro del juego ganaba y se quedaba. 

Teiyari argumentaba lo infantil que era eso por parte de Bill, que mejor tomara sus cosas y se fuera directo a la calle a sobrevivir por su cuenta, junto con Christian. A lo que ambos reclamaban y se negaban a hacer, puesto que les parecía una ridiculez totalmente innecesaria. "Bien, entonces juguemos uno." Habló Teiyari, cansado de los reclamos de ambos. Se acercó a uno de los estantes y saco la pequeña caja roja que contenía las cartas, volteando a verlos con enojo, teniendo como ultimatum la frase "se van a arrepentir de esto", misma frase que causó un escalofrío en ambos e hizo que se arrepintieran en sus adentros. Se sentaron en el piso y comenzó el juego.

Ojalá nunca hubieran decidido jugar.

Pasaron al rededor de dos horas jugando, hasta que salió Bill y al rededor de media hora después, Chris.

(...)

—¿Estás seguro que es éste? —preguntó Bill asustado. Su compañero sólo asintió.

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⏰ Dernière mise à jour : May 05, 2020 ⏰

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