Cap. 7: Los hombres me vuelven loca.

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Llego el martes, estaba en la primer clase de la mañana sentada con Marrie mientras era completamente ignorada por Bill. Decidí hacer lo mismo no iba a tomarlo en cuenta. A ratos yo miraba despistada a un lado y tenía los ojos de James encima, pero opte por hacer lo mismo con este. Ignorarlo.

Al receso fui por unos cuadernos a mi casillero y todas las chicas que pasaban me miraban terrible, me matarían con los ojos si pudieran y yo no lograba comprender por qué. Me sentía muy confundida. Cerré la puerta de mi locker y al otro lado de ella, estaba la respuestas a todas mis dudas, apoyado de lado contra los casilleros y un pie tras el otro cruzando las piernas. Ese era nada menos que Bill. 

-y tu? - dije desafiante pero con los pies temblorosos y el corazón a mil por segundo... No es que me ponga nerviosa, o sea sí, pero no por él sino por lo que paso con él.

-Cuando irás por tu chaqueta?

-Había olvidado que estaba allá, gracias por avisarme. ¿Me la podrías traer mañana?.

-Ya leíste el mensaje y sabes que no haré eso. Cath, ambos sabemos que la dejaste a porpósito. - mire de reojo para el pasillo, vi a Marrie venir desde atrás de Bill, abrir los ojos como plato y darse la media vuelta. Yo reí por su reacción- Me estás escuchando? - inquirió el guapo castaño claro de ojos preciosos y labios perfectos rodeados por una leve y exquisita barba. - Era necesaria esa acotación, es que físicamente me vuelve loca!. Y ¡que! ganas me dan de volver unos días atrás ja ja.-

-Claro que te estoy escuchando Bill, pero no ire por la chaqueta y mucho menos la deje por gusto, créeme que no. Y para que veas, por desgracia prefiero ir a una tienda y volver a comprarme la misma. - Ante mi respuesta Bill rió como si le hubieran hecho la mejor broma de su vida, ¡a carcajadas!. Me quede perpleja ante su reacción y la sangre comenzó a subirme a la cara, y aquí vamos de nuevo: estoy rojísima de rabia. Cerré mis puños y los mantuve firme contra los cuadernos.

- Ja ja ja Cath! ¡que risa!. ¿Sabes? me encantas -dijo con su pelo desordenado y una sonrisa perfecta y sincera- Podríamos ir a ese lindo mirador al que te llevé el viernes o mas bien el sábado en la mañana. Cuando quieras me avisas, de paso te llevo tu chaqueta y ves que no soy tan maleducado como parezco.- Yo sonreí inconscientemente y él tomo un lado de mi cara con su mano, para luego besar mi mejilla contraria. - Y espero que eso acabe de la misma manera que el sábado - me susurró al oído y todos mis pelos se pararon, además al tenerlo tan cerca mi corazón casi me provoca un pre infarto y de paso su olor a tan rico perfume me mareó. Esta vez opté por reírme ya que definitivamente lo que paso el sábado era algo que Bill no iba a olvidar aunque sea para molestarme.

Al segundo quede sola, iba a cerrar el locker pero ya estaba cerrado, me di una vuelta completa, si! de 360 grados y muy estúpidamente, no supe dónde ir y por un momento olvidé que estábamos en recreo. Un segundo mas tarde reaccioné, reí como tonta y me asimilé a mi misma con un autista por estar riendo sola en un pasillo y en voz alta ja ja; Y finalmente acabe en el salón de clases. 

Durante toda la mañana se repitió el patrón de ignorar a todos y que ellos me ignoren a mí. Luego a la hora de almuerzo me senté con Carla, Josefina, Marrie y otras chicas mas las cuales intentaron saber qué fue lo que pasó el viernes cuando salí al patio con Bill y posteriormente irnos juntos en su camioneta. Aclaré que es muy simpático, egocéntrico y guapo, pero que solo somos amigos y que luego de la fiesta me fue a dejar directamente a casa. Sinceramente no sabía que lo pasado en la fiesta del viernes fuera tema para todos... quizás no lo noté por todos esos vasos de alcohol que ingerí.

-Por qué no les dijiste nada mas?, ¡yo muerta de la risa les cuento! se morirían de envidia, acaso no sabes que todas quieren con Bill?. Me incluyo y te envido 

El último año.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora