Pasó el fin de semana, el domingo fue un día dedicado a vagar y andar en pijama todo el día. Al final de este, me duché y volví a dormime. Antes de eso hice todas mis tareas y las cosas referentes al colegio, sin dejarme tiempo alguno para pensar en James o Bill. Incluso había apagado el celular.
Pasó una semana completa: Marrie se había enterado de todas las cosas que me pasaron ya que no iba a privarme de hablar con mi amiga. La escuela estuvo particularmente normal y a Bill no lo pesqué ni por si acaso. No quería absolutamente nada con él, es extraño pero me quedó una sensación de 'suciedad' luego de lo que pasó entre nosotros. A partir de haberlo ignorado, recibí un par de mensajes, preguntándome qué cuál era el problema y ese tipo de cosas. Él intentaba ser al mismo tiempo, seducor con las palabras que usaba al textiarme, pero en ni una ocasión le respondí. Estába decidida a permanecer sola y alejarme de la testosterona un tiempo -más allá de la que pueda tener yo en mi cuerpo, en ese caso me es imposible-.
Con James, lo mismo; ni un tipo de señal, ni una mirada, absolutamente nada. No voy a negar que me duele, y mucho, de hecho me duele profundamente entrar a las clases de música y sentarnos en los extremos opuestos y lo más alejados posible el uno del otro, pero así es como están las cosas y no hay nada que hacer desgraciadamente.
Hoy es viernes y habrá una fiesta en el penthouse de Bill, pero no pretendo ir bajo ni un motivo.
Luego de almorzar en casa, me embarqué en mi cabriolet y fui donde Marrie.
-Qué tal amiga? ¿cómo estás?
-Arreglándome.-respondió simpatica
-A dónde iremos?- quise saber. Quizás mi amiga sabía de algo bueno en esta ciudad.
-donde Bill, obvio- Oh no, no era algo bueno definitivamente.
-ah? ¿estás loca? ¿después de todo lo que te conté?.
-No hay "peros" Catherina, ya está decidido. -dijo dandome una orden de la misma manera como lo haría mamá.
-Qué?, ¡nooo!, estás loca si piensas que iré! he tratado toda esta semana de ignorar a Bill y resulta que ahora voy cínicamente a su casa!.
-James irá.-sentenció. Me quedé callada durante unos segundos.
-¿tienes ropa que me prestes?.
Marrie lanzó un par de carcajadas victoriosas - tengo una mejor idea: ¿vamos de compras?. - dijo aun con la sonrisa en el rostro.
-Eres la mejor amiga!!, definitivamente sabes como convencerme. ¡Me conoces tan bien! que no se hasta qué punto eso es bueno.
-¿Sabes lo que es bueno?, es lo que todos verán cuando tu y yo lleguemos a esa fiesta.
-egocéntrica- le acusé riendo.
Finalmente tomamos mi auto y nos dirigimos al centro comercial. Una vez ahí, recorrimos todas las tiendas y ambas compramos ropa pertinente para esta noche: yo por mi lado obtuve un vestido estilo tubo y negro, que estaba hecho de un género medio transparente y encima de este muchas lentejuelas del mismo color, que lo cubrían completamente excepto en la espalda, ya que en esta parte no había género ni nada, dejando a la vista toda la desnudez de mi columna vertebral. Además de esto, compré unas pantis del color de mi piel, para que le dieran brillo a mis piernas y al mismo tiempo estas no pasaran frio. Finalmente, mi última adquisición fueron muchos cosméticos ¡me encantan!. Y en cuanto a los pies, me quede con lo mismo que calzaba a la hora de comprar: unos botines cortos estilo militar y color negro, pero con una sutileza y feminidad, que solo Nine West podía darle.
Por otra parte, Marrie también se compró un vestido tubo, pero color rojo, y estoy segura de que matará con el en la fiesta. Se ve demasiado sexy!!.
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El último año.
Teen FictionCatherina es una chica de 17 años que se traslada desde el sur de Inglaterra hacia el norte de este país. Cursando la secundaria, llega al penúltimo año de estudio donde conoce gente, hace amigos y lleva una vida normal. Pero al volver de vacaciones...