Capitulo 51: Respuestas

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(Haley)

Seguía con la vista fija en el ordenador sin saber qué hacer. Pero al escuchar a Steve llamándome desde el pasillo no tuve más opción que dejarlo todo tal cual y salir del despacho de su padre. Mis manos temblaban, pero tenía que actuar normal o iban a sospechar. Así que, evitando a Steve, me adentré a otro baño que encontré cerca y me dispuse a abrir mi cartera para sacar una pastilla. Necesitaba relajarme y esta era la única forma de calmar los nervios.

(Tyler )

Me quedé en casa toda la mañana, Haley se había ido apresurada a casa de Steve y me había pedido que me quedara a averiguar qué pasaba con Mark. Le pedí que me explicara por qué, pero como no tenía tiempo solo me dijo que lo hiciera y luego me lo contaba todo. Accedí extrañado y me dispuse a estar junto a Mark toda la mañana. Y hasta ahora lo único que había hecho era despertar, ir al baño y volver a la cama. Bastante interesante.

Luego de unos minutos en que ya mi aburrimiento llegaba a tope decidí ir a ver qué tal iban los demás, así que dejé a Mark y me encaminé hacia el primer piso. James estaba bajando las escaleras con el móvil en la oreja y en la otra mano un vaso de agua, mientras que Roy justo entraba luego de haber salido a trotar.

—...vas a borrarla, me importa una mierda si fue la mejor noche de tu vida, Rita. ¿Es que te volviste loca? ¡Ahora tu novio va a enterarse de nuestra aventura del verano! —al parecer James había visto las fotos de Facebook y, como había previsto, estaba muy cabreado—. Si no desaparecen en cinco minutos vas a conocer a un James Ross completamente distinto al que conoces, y te aseguro que no va a gustarte.

Este cortó finalmente y Roy lo miraba con las cejas alzadas.

—Y por fin despertó la bella durmiente.

—No hables.

James siguió su camino hacia la cocina, pero por supuesto Roy lo siguió por detrás.

—¡¿QUÉ DIJISTE?! —le gritó en su oído para molestarlo, ganándose un golpe de James en la cabeza, y Roy no dudó en soltar una carcajada.

—Anda a hablar con tu novia y para de joderme.

—Auch. ¿Es que acaso a la princesita le removieron el esmalte? Porque tengo que admitir que el rosa te queda bien. ¿O no? —este le mostró su móvil, donde había la foto de James de la fiesta de ayer.

Por supuesto mi hermano se le echó encima para quitársela y eliminarla, pero Roy fue más rápido y se lo lanzó a Fernando, que justo pasaba caminando leyendo el diario.

—Uau. ¿Es que ahora tengo una hija? —ironizó.

—Par de... —este trató de quitárselo, pero Fernando dio un pase a Roy—. No estoy jugando, eliminen la maldita foto... ¡ahora!

—Pero si estás tan linda... —hizo un puchero y James volvió a golpearlo—. Respeto, chico, que soy mayor que tú —ahora Roy le devolvió el golpe, y al parecer fue bastante fuerte, ya que James cayó al suelo, mientras que Roy y Fernando se sentaron en la isla de la cocina para desayunar y chocaron las palmas.

Martha observaba con el ceño fruncido la escena sin añadir nada, mientras que James, enfurecido, se levantó y desapareció de la estancia sin antes gritarles que eran unos completos imbéciles.

—¿Qué lees?

Fernando dejó el diario al lado de Roy, que se dispuso a echarle una hojeada.

—...Richard Grey ha estado bajando en aceptación estos últimos días. Por otro lado, Fernando Ross está alcanzándolo. ¿Será que el escándalo de la muerte de su hijo menor ya ha sido olvidado? ¿O será él mismo el que le ha dado tanta popularidad? —todo se sumió en un silencio, hasta que Roy soltó una maldición—. Nunca creí que los periodistas fueran tan hijos de puta.

Mi Ángel Guardián II: La mentira mataWhere stories live. Discover now