Capitulo 57: No existen los cuentos de hadas (PARTE 1)

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(Haley)

—¿Ya revisaste ahí? —le apunté a Lauren, que despacio se volteó a mi dirección desde detrás del escritorio.

—¿El baño? No lo creo —susurró molesta.

Bien, desde hacía más de una hora que estábamos aquí dentro buscando la evidencia que hasta ahora no daba ninguna señal de que se encontrara aquí. Y pensarlo me revolvía el estómago, la necesitábamos. Seguimos rebuscando en el escritorio del sacerdote una y otra vez, y es que el último lugar que nos quedaba era este. Lauren soltaba maldiciones cada vez que revisaba por completo un cajón con papeles y no encontraba nada relacionado con Richard Grey. Y yo ejercía la tarea de mantener la linterna para alumbrarla.

—¿Respondió April?

Lauren rebuscó rápido en su teléfono y negó con la cabeza. Frustrada, seguí con la linterna en la mano, y Lauren leía rápidamente los encabezados de los distintos papeles.

—¡Mierda! —se quejó, llevándose uno de sus dedos a la boca.

Una herida pequeña se había formado en su dedo índice al cortarse con el papel. Se quejó un momento para luego seguir con la tarea, demorándose un poco más en pasar de hoja en hoja. Pasaron los minutos y ninguna de las dos abrió la boca, esperando encontrar la evidencia, pero al parecer la suerte nos jugó en contra.

En un momento se escuchó cómo una puerta se abría en el pasillo, y sin pensarlo dos veces ambas nos escondimos de inmediato bajo el escritorio, pero Lauren hizo caer un candelario al suelo por error. Y el ruido fue evidente. Agarré su brazo para que se tranquilizara. Nerviosa, me dio un fuerte apretón para calmarse, mientras que yo con los ojos cerrados rezaba en mi mente para que no nos pillaran. La puerta se abrió finalmente, escuchándose los pasos de una persona frente a nosotros. No abrí los ojos, esperé lo inevitable.

Ambas contuvimos la respiración para no ser atrapadas, pero no bastó. Escuché cómo los pasos iban acercándose cada vez más. Iban a pillarnos, el nerviosismo me recorrió de pies a cabeza y no fui capaz de abrir los ojos hasta el momento en que sentí que la mano de Lauren se separaba de mí. Fijé mi vista en ella y me quedé pasmada. Lauren intentó sonreír, pero solo vi una mueca nerviosa. Le agarré el brazo como acto reflejo, implorándole con mi rostro que no lo hiciera. Esta me apuntó, dejándome claro que lo que debía hacer tenía su punto. Y ahí lo entendí. La solté, y Lauren se levantó del suelo, quedando al descubierto.

(Tyler )

Mis manos temblaban, no sabía cómo calmarme, ni mucho menos qué hacer. Los hombres, al ver a April desplomarse, no dudaron en salir de ahí lo más rápido posible, mientras que ella, que estaba inconsciente, seguía ahí tendida. Grité con todas mis fuerzas para que alguien nos ayudara, pero fue en vano. Un coche pasó por la calle luego de unos minutos frenó para bajarse a ver a April. Era una pareja. La mujer, al verla, soltó una exclamación, mientras que el hombre de inmediato se colocó junto a April, levantando su rostro del suelo, dejando ver varios cortes, sangre que le caía de la nariz y la boca y una herida en el lado derecho de la frente, que se veía muy mal.

—¡Llama a una ambulancia! Debe de tener una contusión —este seguramente era médico, ya que de inmediato se rasgó una parte de la camisa y le presionó la herida—. ¡AHORA! —le gritó al ver cómo su mujer seguía ahí pasmada.

Esta dio un salto y se puso a rebuscar en su cartera, llamando de inmediato. Mientras lo hacía vi cómo un coche de policía iba acercándose hacía aquí, y al ver que se trataba del padre de April sonreí, con los ojos cristalizados. Este paró, seguramente por lo extraño que era que un coche estuviera en mitad de la calle. Caminó con una linterna a ver qué sucedía.

Mi Ángel Guardián II: La mentira mataWhere stories live. Discover now