CAPÍTULO 4

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Comencé a escuchar las voces de manera amortiguada, como si estuvieran lejos de mí. Alguien me llevaba en brazos y otra persona abrió la puerta de un coche. Yo tenía los ojos cerrados y la cabeza apoyada en el hombro de la persona que me estaba sosteniendo.

—Ten cuidado y métela en el coche—dijo la voz de Mary, que sonaba demasiado lejana.

—Eso hago. —La voz de James la escuché muy cerca, tanto que resultaba molesto. Era como si estuviera gritando.

Entonces noté el mullido asiento del coche. Cerraron la puerta y yo bajé la ventanilla torpemente, me asomé a ella y les miré, aunque la imagen quedó distorsionada en mi memoria. Mary se sentó delante, en el asiento del copiloto. Y me di cuenta de que había dos chicos fuera: James y el odioso chico de las bebidas. Por algún motivo, estiré el brazo y le grité algo a James mientras me reía y me doblé por la mitad, a punto de caer fuera del coche, lo que provocó aún más la risa en mí. Pero para evitar que cayera, James se apresuró y se acercó a mí, puso sus manos en mis hombros y me empujó suavemente al interior del vehículo.

—¿Y quién os lleva a casa?—preguntó James mirando a Mary—. Yo he bebido un poco.

—¡Colton!—gritó Mary por la ventanilla.

Yo miré a mi alrededor frenéticamente. ¿Colton? La cabeza me daba vueltas y todo era demasiado confuso. Aun así me sujeté al asiento que tenía delante, el de Mary, y grité:

—¿Colton? ¿Quién es Colton?

—Yo soy Colton—dijo el chico entrando en el coche y sentándose en el asiento del conductor.

Hice una mueca de asco y me crucé de brazos mientras me dejaba caer bruscamente en el asiento. ¡Dios! El chico estúpido de las bebidas sería el que nos llevaría a casa.

—No has bebido, por lo que eres más de fiar—le dijo Mary.

—¡Por Dios, Mary!—dije con una voz que sonaba espesa, ralentizada—. Conduce tú en vez de este imbécil.

Escuché una carcajada y arrancó el motor. Traté de mantenerme callada los cinco minutos de viaje. Ni siquiera miré al frente, solo observé por la ventana. Solo hice eso hasta que llegamos al aparcamiento y él aparcó con una facilidad sorprendente. Entonces me atreví a mirarlo mientras maniobraba. Solo vi la parte de atrás de su cabeza con el cabello largo hasta la nuca y negro, un negro brillante y aún más oscuro en la penumbra de la noche poco iluminada.

Entonces gruñí y volví la vista a la ventanilla y comprobé que el movimiento del vehículo había cesado. Fui la primera en salir del coche y me tambaleé, me quité los zapatos y maldije en voz baja.

—No suelo ser así normalmente—dije extendiendo la mano en la que sostenía los zapatos y dándome la vuelta para dirigirme a Mary.

Ambos salieron del coche y el chico le devolvió las llaves a mi amiga. El mareo seguía presionando mi cabeza y entumeciendo mis sentidos.

Mary se echó a reír.

—No, no sueles ser así en absoluto. Mañana cuando te recuerde lo de hoy...—Se detuvo y volvió a reír.

—Tu amiga no parece ser de las que son unas santas—comentó Colton.

Me enfadé. Aquello me enfadó. Él no sabía nada sobre mí, no me había visto antes, por lo que no tenía derecho a decir nada acerca de mí.

—Ella es callada y estudiosa. Nunca antes la había visto bebida y tan pegada a James.

Las palabras me resultaban totalmente ajenas, algunas casi sin significado para mí. Rodé los ojos y empecé a caminar, pero di un traspié. Entonces sentí una mano cálida en mi cintura y otra sujetándome del brazo. Lo miré a los ojos y fruncí el ceño. Me moví bruscamente para que me soltara y me puse todo lo recta que pude.

Alguien ImperfectoМесто, где живут истории. Откройте их для себя