Después de haber salvado el mundo de un futuro terrible, Gia regresa junto a Trunks solo para guiar a sus dos contrapartes a una vida que ellos nunca tuvieron. Pero despues de todo, ¿será que sus destinos están cruzados? ¿Cómo será el futuro de la...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
3| Sentimientos que superan el tiempo.
Mirai Trunks
Desearía que Gia se hubiera quedado aquí.
Ese pensamiento estuvo en mi cabeza la mayor parte del tiempo desde que la familia Son desapareció con la técnica de teletransportación del señor Goku. No había olvidado lo cortante que resultaba ser mi padre, y tampoco imaginaba lo confundido que pudiera estar mi yo de esta época. Una de las razones por las cuales también pensaba que era una pésima idea regresar, pero si estábamos hablando de los deseos que tenía ella, entonces debía doblegar.
–¿Puedes pasarme la jarra, hijo? –cuestionó mi madre interrumpiendo mis pensamientos.
Cuando me di cuenta de que se refería a mí, me ruboricé. Tomé entre mis manos aquel objeto de vidrio medio lleno llevándolo a las finas manos de ella.
–Pero que joven más caballeroso y tan fornido como el guapo de Vegeta –dijo abiertamente la mujer rubia que conocía desde hace mucho como mi abuela.
–¿Cuántas veces tengo que decirte que se trata de Trunks crecido? – añadió mamá con fastidio.
–Bulma, si sigues enfadándote de esa forma, te saldrán arrugas –señaló la mayor con cierto tono positivo y alegre.
Mi madre calló después de eso, dándome cuenta de que estaba furiosa porque quizá eso era cierto. Miré hacia mi yo joven, él me analizaba desde su asiento. Cuando nuestras miradas se toparon, él desvió la suya a su plato de comida la cual estaba tal y como nuestra abuela los había servido.
Me sentí incómodo, todos probaban sus alimentos alegremente a excepción de nosotros dos y, obviamente, papá.
–Oye, Trunks –la voz potente de mi padre hizo que ambos levantáramos la mirada hacia él quien posaba su mirada en mí –Cuando hayas terminado, iremos a la sala de gravedad, tu cuerpo no esta en buenas condiciones. Te voy a entrenar –su mirada viajó al más joven –Tú también, mocoso.
–¡Ah! ¡Como tú digas, papá! –el niño sonrió ampliamente y comenzó a comer de forma rápida totalmente emocionado.
Vi la fugaz sonrisa de mi madre mientras su vaso de zumo de naranja bailaba en sus labios. Una vez terminada la comida, el pequeño Trunks se levantó siguiendo a papá y, por ende, también me levanté y los tres caminamos hacia una puerta al final de un pasillo que parecía la entrada de una bóveda.
Mi padre comenzó a ejercitarse tranquilamente al igual que yo mientras la indigestión hacia lo suyo, no quería problemas ahora. De reojo pude ver como el más pequeño daba zancadas con dificultad alrededor de la habitación. Alcé la ceja en su dirección.
–¡¡Deja de estar mirando y entrena!!
Rápidamente, erguí el cuerpo dando a entender mi sorpresa. Papá se lanzó a mí comenzando un combate que duró un buen tiempo. Cuando este hubo terminado con varias capas de sudor rodeándome, me impresionó que él iniciara una conversación conmigo.
