[13]

1.5K 129 42
                                    

13| No todo es lo que se aparenta

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

13| No todo es lo que se aparenta.

Año 784
Capital del Oeste, en alguna cafetería de la ciudad.

Mi mirada se centró en aquel chico de cabellera lavanda, en aquella acción de caballerosidad al abrir la silla para que aquella muchacha se sentara y él se ubicara en el asiento frente a ella.

Me quedé totalmente petrificada, sentí una opresión un tanto extraña en mi pecho.

«¿Qué es está sensación tan horrible?»

Coloqué mi mano sobre el torax mientras que en la otra sostuve la cafetera, contuve el aire por un momento, las señales para desviar la mirada que mandaba no llegaban a mi cerebro y por lo tanto no podía moverme de la situación en la que estaba.

—¿Podrías atender a los que acaban de llegar, Gia? —Akali, mi compañera, una chica de cabello anaranjado dijo mientras pasaba a mi lado con una charola donde se ubicaba un perfecto juego de té—. ¿Me has escuchado, Gia? —cuestionó, preocupada al notar mi estado.

—Claro —murmuré, colocando la tetera que llevaba en mi mano en su charola. Ella asintió.

Mis piernas comenzaron a temblar. Tenía miedo. Y no era porque Trunks me observara en mi lugar de trabajo, mi inseguridad se debía a aquella chica que estaba con él.

Me aterraba la idea de que él estuviera con alguien y era hasta ahora que caía en cuenta de eso.

Hasta ahora caía en cuenta de cuáles eran mis sentimientos respecto a él.

Y estos celos lo confirmaban.

Respiré profundamente y me armé de valor.

Me coloqué a un lado de la mesa a manera de quedar a un costado entre ellos dos, saqué la pequeña libreta y el bolígrafo del mandil y dije:

—Bienvenidos, ¿puedo tomar su orden?

Mi voz, milagrosamente, se escuchó normal. Como si no me afectara verlo compartiendo un momento con una chica que sabía solo le haría daño.

Su mirada sorprendida se disparó al instante hacia mí al reconocer mi voz, en cambio, la chica me observó y pude ver una sonrisita de suficiencia en su rostro.

—¿G-Gia? —preguntó, un tanto contrariado. Su rostro se volvió intensamente rojo, estaba avergonzado y yo no sabía por qué—. ¿Qué haces aquí?

—Trabajo aquí —respondí de lo más cortante, después recordé las políticas de la cafetería y sonreí hipócritamente—. ¿Puedo tomar su orden?

—Me gustaría una limonada, sin semillas, a temperatura ambiente y con pajita —habló aquella chica de mirada verde.

Anoté cada especificación en la hoja de mi libreta moviendo velozmente mi bolígrafo con detalles rosados. Dirigí la mirada a Trunks quien me contemplaba desde su lugar, no quise, pero logró provocar un leve sonrojo en mis mejillas.

La hija de Goku| Son Gia. Segunda temporadaWhere stories live. Discover now