[¡Obra finalista de los premios Wattys 2021 y 2023!]
[¡Ganadora de los Premios Gemas Perdidas 2022]
En Blue Sky las cosas son diferentes; en Blue Sky los sueños se cumplen, incluso los más perversos; porque Blue Sky es una ciudad que rebosa de magia...
Kiara no volvió a saber de Ray desde entonces, así que no pudo darle una respuesta; y Tyler de repente parecía mostrarse menos hostil. Habían pasado tres días desde que tomaron la decisión de quedarse en la ciudad de manera definitiva; o al menos todo el tiempo que les fuera posible. Saint Wall a Kiara ya le quedaba pequeño. Blue Sky por el contrario, estaba repleto de personas que en el fondo le hacían sentir como en casa. Era una ciudad que tenía como punto fuerte la magia y de alguna forma no se sentía como una extraña.
¿Cómo se lo tomarían los otros niños si se enteraran de repente que no son humanos normales? ¿Y si esas cualidades sobrenaturales hubieran sido capaces de matar en el pasado, podrían seguir siendo dueños de sus vidas en el futuro?
Para Kiara la respuesta debía ser obvia, pero no fue así. Sí, siempre había tenido esa extraña curiosidad por un punto de vista que no fuera el suyo o una reacción que no fuera en base a sus propias experiencias, sin embargo, nunca había tenido la oportunidad de encontrarse con otro "fenómeno" que pudiera contar sus historias. Blue Sky podía darle esa oportunidad.
Saint Wall. 11:00 a.m.
—Sheriff Sawyer, le traigo buenas noticias.
—Ya era hora.
—Las cámaras de la Ruta 72 grabaron el auto robado que denunciaron ayer. Analizamos las cámaras y encontramos algo interesante. Observe.
El panel táctil manejado por los ágiles dedos del oficial mostró una gran cantidad de videos que pertenecían a las cámaras de seguridad de todo el pueblo, pero solo seleccionó el que era de su interés. Volvió a reproducir el video y lo detuvo en el momento justo. Acercó las imágenes lo suficiente como para que el sistema de reconocimiento facial del aparato tomara un rostro.
El perfil del joven era atractivo y sus rasgos se veían bien definidos. Mechones de cabello negro le caían sobre la frente y resaltaban ante la palidez de su rostro. Era musculoso, pero no en exceso y sus hombros anchos estaban acompañados por algunas hebras más largas producto de un cabello naturalmente alborotado.
—Ahora podemos vincularlo con el incendio.
—No iba solo, no obstante, los registros no reconocen a la persona que iba con él, así que no hay manera de identificarla. Prácticamente ni siquiera existe en Saint Wall.
—¿Tyler Brown tenía alguien cercano que pueda identificarla?
—No lo creo. No parece del tipo que tiene muchos amigos, pero quizás su historial pueda proveernos algo. Tengo entendido que una gran parte de las veces que ha sido detenido se relacionan con las luchas clandestinas. Desafortunadamente, Saint Wall está lleno de esas, es como buscar una aguja en un pajar.
—No te creas, la mayoría se conocen entre ellos. Toma una imagen lo más nítida que puedas de esa mujer y llévate al oficial Wayne contigo. Alguien seguro sabrá sobre las conexiones de este chico. Averigüen también todo lo que puedan acerca de esos dos.
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