CAPÍTULO 21

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Leonardo.

La noticia corrió entre todos los empleados de la empresa. Tanto su madre y padre salieron corriendo del lugar sin antes decirle a su secretaria el "cancela todas mis citas".
Ellos me tomaron del brazo pues estaba aún en un gran estado de shock. Por un momento me pregunté si era posible que sus padres me odiarán por no proteger a su hijo de forma correcta y adecuada ya que fui yo quien juro que iba a cuidarlo.

El estacionamiento era tan enorme que no me dio el tiempo necesario para verlo a la perfección, sólo cosas de reojo o hasta que llegamos a un coche lujoso. Ambos subieron a la parte delantera del coche aunque me quedé un momento pensando. No sabía si era buena idea seguirlos, aunque el padre de Rex me vio y dijo tranquilamente "Vamos, tienes que subir. Iremos a ver a Rex". Sólo Asentí y subí... El coche se puso en marcha de, la madre era quien conducía.

— ¿Recuerdas si lo llevaron a este hospital, hijo? — La madre nombró un hospital. Pensé unos segundos y exactamente era aquel hospital. —

La madre conducía muy rápido, pero desafortunadamente las calles estaban tan transitadas que la velocidad tenía que disminuir en todo momento. Por mi parte estaba mirando el cristal. Mi reflejo se notaba tan triste y desanimado pero en unos instantes el reflejo se convirtió en la imagen de Rex cuando lo atropellaron. Estaba tirado en el suelo pues había recibido tan fuerte impacto que lo mando por los aires. Su grito de dolor aún sigue en mis oídos. El suelo estaba manchado de algunas gotas de su sangre y ahí estaba yo, pasmado y asustado. Por un momento creí que Rex simplemente murió por tremendo golpe.
La gente estaba tan alarmada. Tal parece que no sucedían este tipo de accidentes, aún así las personas actuaron y llamaron a una ambulancia. Unos se me acercaron y me preguntaron si lo conocía pero... Las palabras no podían salir de mi boca. Seguía sin creer lo que sucedió. Su cuerpo... Manchado de sangre... Tirado como si no fuera nada... Mi cuerpo estaba experimentando una explosión de sentimientos. ¿Triste? ¿Asustado? ¿Enojado? ¡¿Qué se supone que debía de sentir en un momento como este?! ¡Mi cabeza sólo pensaba en tomar a aquel que se atrevió a hacer esto y matarlo! ¡¿Pero qué podía hacer en este momento?! ¡Nada! ¡No podía hacer nada más que esperar la ayuda!
Mis mejillas estaban húmedas de las lágrimas que recorrían de mis ojos. Una señora trato de calmarme pero fue inútil... ¿Por qué tuvo que pasarle esto a Rex? ¿Por qué no me dejó recibir el golpe? Yo me lo merecía más, no él, no Rex, no mi gran tiburón... ¿Por qué...? ¿Por qué? ¡¿Por...?!

— Llegamos. — ¿Eh...? ¿Dónde...?

Por un instante había olvidado que me encontraba en un coche de camino al hospital nuevamente. El estacionamiento del hospital, ahí nos encontrábamos ahora.
Tanto el padre como la madre de Rex salieron a toda prisa y yo hice lo mismo. Cerraron el coche tras haber salido los tres y se pusieron en marcha. Estaban hablando entre ellos pero realmente no entendía nada. No logro borrar la imagen de Rex de mi cabeza, me siento terriblemente culpable que incluso trompese y caí de rodillas en el suelo.
El ruido del golpe detuvo a ambos señores delante mío.

— Ve a recepción y pregunta por Rex, yo me encargo aquí. — Fue lo que logré escuchar de la madre pues mi vista estaba en el suelo. De nuevo las lágrimas emergieron. — Leonardo, cariño, ¿Qué sucede? Durante todo el camino estabas tan callado y serio. — Su mano tocó mi mejilla ahora mojada con mis lágrimas. —

— Yo... Lo siento... Tiene que disculparme... No pude... No pude protegerlo. Es mi culpa... ¡Es mi culpa! — Me solté en llanto en un instante. Un fuerte grito salió de mi boca así como muchas más lágrimas. Por su parte, la señora me sostuvo en brazos, acogiendome en un abrazo donde mi cabeza se encontraba en su pecho. ¿Es que acaso estoy exagerando con todo esto? Rex es mi novio, yo... Lo amo de verdad. Verlo así me hace sentir culpable. — Si yo hubiera prestado atención... Él... Él... ¡Todo esto no hubiera pasado!

— El "hubiera" no existe hijo. Nadie tuvo la culpa pero entiendo cómo te sientes ahora mismo. Mi hijo está grave y no te imaginas el dolor que sentí al enterarme de la noticia. Aún así, no puedo llorar. — Al escucharla levanté la vista para verla a los ojos. — Mi hijo Rex es tan fuerte como tú Leonardo. Además, lo conozco tan bien. Ahora mismo estará pensando en "¿Por qué lloran? ¡Estoy bien!" — Sus palabras... Se notaban tan relajadas, aunque cuando estuve en su pecho pude escuchar su corazón latir muy rápido. Estaba asustada. — No hay que llorar ahora, porque Rex se encuentra bien.

Si su objetivo fue relajarme, lo consiguió a la perfección, ahora estaba más tranquilo.
Inhale y exhale para entonces ponerme de pie. La señorita me sonrió muy feliz al verme fuerte de nuevo y ambos caminamos a la entrada del hospital.

Una vez dentro, nos encontramos con el tiburón adulto sentado en lo que parece ser la sala de espera. Tenía los brazos cruzados y con una mirada desconcertada estaba observando el techo.

— ¡Cariño! ¿Te dijeron algo acerca de Rex? — Estábamos frente a él ahora. Este regreso la vista a su normalidad y con una leve sonrisa que desapareció en unos segundos respondió. —

— Rex se encuentra bien. Los doctores dicen que está estable. — La madre suspiro de alivio y yo hice lo mismo. ¡Rex se encuentra bien! — Sin embargo... Me informaron que el golpe que recibió fue muy fuerte. Tiene dañado su torso, su brazo izquierdo y lo que más les preocupa a los doctores... Su cabeza. Creen que el golpe en su cabeza pueda afectarle de muchas formas, pero aún no saben de cuál hasta que Rex despierte. — Nuestro suspiro de alivio se desvaneció por la nueva noticia. Ahora espero que Rex no sufra de algo grave, sino... —

...

Las horas pasaron, Diana y Paola se encontraban con nosotros pero los doctores aún no informaban nada. Sé que madre me matará por llegar tan tarde pero es de lo que menos me preocupa ahora, a excepción de mí pequeño hermano. No puedo informarle que estoy aquí, no tengo forma alguna.
Estaba empezando a desesperarme al igual que todos, pero... ¡Un doctor! ¡Un doctor llamo por los padres de Rex! ¡Después de tanto tiempo al fin tenemos más noticias!

— Su hijo ha despertado. Pueden pasar a verlo. — El doctor con una sonrisa se despidió, no sin antes decirnos la habitación. —

Todos salimos a paso rápido. Realmente no nos demoramos mucho cuando llegamos a la habitación y... Ahí estaba, Rex en la cama. Mi corazón salto de alegría por verlo bien.
Él nos miro a todos para sonreír y saludarnos con la mano. Ella tenía razón, Rex estaría muy bien.

— ¡Hijo! — A la par, ambos señores se acercaron a la cama para abrazar a Rex aunque no lo hicieron tan fuerte por lo antes mencionado. —

Papá, mamá, Diana, Paola... ¿Por qué estoy aquí? Jaja. — Rex de la nada empezó a reír. Seguía siendo el mismo que Sonreía y reía a pesar de la mala situación. —

— ¡Tonto! ¡Te atropellaron! ¡Espero que para la otra sí mires a ambos lados antes de cruzar la calle! ¡Hmf! — Esas fueron palabras de Paola. Creo que quería llorar junto a Diana que estaban muy cerca de mi tiburón. —

Los cuatro se encontraban alrededor de la cama. Rex los miraba a todos sonriendo e incluso estaba bromeando.
Estaba a punto de acercarme con todos ellos, ya quería saludar a mi precioso chico, pero...

— No logro comprender la situación, pero hay algo que no sé hasta ahora. — Todos se quedaron en silencio esperando que Rex hablara, pero antes de hacerlo su mirada se poso en mí. Levanto una ceja y ladeó la cabeza para entonces preguntar. — ¿Quién es el león de ahí?

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⏰ Last updated: Aug 12, 2021 ⏰

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Entre mundos distintos. ( Furry/Gay )Where stories live. Discover now