CAPITULO 9

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Rex:

La alarma de mi celular sonó, decidí poner esta treinta minutos antes por si el león se quería bañar aquí.
Di un gran estirón y un buen bostezo, mirando hacia la cama, Leonardo aún seguía dormido.
Me levante del sofá de mi habitación, caminando dirección a la cama, mirando como el gran león dormía tranquilo, se veía realmente tierno, tapado completamente de su cara gracias a esa melena que tiene, además tiene una pequeña sonrisa que me contagió. 

- Hey, despierta Leonardo. - puse mi mano sobre su nuca, dando leves caricias para poder despertarlo 

- Hmm... - poco a poco el león fue abriendo sus ojos - ¿Rex...? - cuando abrió por completo los ojos, se levanto de golpe, quedando atónito - ¡¿Me quede dormido en tu casa?! - dijo con cierta angustia 

- Si, te quedaste muy dormido ayer, ya era noche y la verdad prefería que te quedaras en mi casa para que pudieras descansar, no quería despertarte... Disculpa si estuvo mal lo que hice. - lleve mi mano a mi cabeza para rascarla avergonzado 

- ¡No! No ocurre nada... Más bien, gracias por dejarme quedar aquí... Oye, ¿en serio me dejaste dormir en tu cama? ¿Tú dónde dormiste?

- En el sofá de allá. - señale al sofá que estaba con unas cuantas sabanas esparcidas - Es más cómoda la cama que el sofá, por eso te deje allí.

- Pero es tu cama, no mía... Además... - el león levanto las cobijas que lo tapaban, mirando como tenía puesta otra ropa - ¿Me cambiaste la ropa? Dios, no puedo creer que tengo el sueño tan pesado... - tanto él como yo teníamos la cara completamente roja

- Eh, si, te tuve que cambiar la ropa... ¡Pero no hice nada que estuviera mal! Pero dejando de lado eso... ¿Quieres ducharte? 

- Je, te creo Rex. Y claro, si no es mucha molestia. 

Así dejamos de lado la vergüenza y todo lo que acaba de pasar, para disponernos a tomar una ducha. 
Leonardo dijo que se bañaría primero, lo cual acepte. Tome mi celular para revisar que hay nuevo, sólo unos cuantos mensajes de publicidad, notificaciones de juegos... Nada interesante.

Una trabajadora llego con una canasta de ropa limpia, entre ellas se encontraba nuestros uniformes, a lo cual me alivie.
Me quite toda la ropa para quedar sólo con una toalla enredada en la cintura, esperando a que el león saliera de la bañera.

Cuando salio, también tenía una toalla amarrada en la cintura, junto con toda esa melena caída, tuve que contenerme las ganas de reír. 

Entré al baño, abrí las llaves de la regadera y comencé a darme un delicioso baño que me encantaba en las mañanas, además, Leonardo ya había dejado el baño caliente.
Mientras me bañaba, un pensamiento sobre el león se vino a mi mente, ¿sobre qué? Pues sobre como ha llegado a dicha escuela en la que estamos. Ahora que lo pienso mejor, nunca le he preguntado ni me lo he cuestionado del todo, aunque la vez que fui a su hogar, me pude percatar de algo, es muy inteligente, de seguro esta relacionado con eso.

- Je, ¿otro de los mejores estudiantes estará por llegar? Puede que así sea...

Dije para mí, y cuando menos me di cuenta, ya me había terminado de duchar, incluso había cerrado las llaves de la regadera. Tanto estar en mis pensamientos hizo que perdiera la noción del tiempo por unos instantes. 

A la hora de salir de la ducha, Leonardo ya estaba completamente cambiado, con su melena reluciente y la ropa que le di estaba doblada y acomodada. 

- ¿Qué tal estuvo el baño? - me pregunto con una sonrisa

- Genial, las duchas mañaneras me fascinan... ¿Y tú? ¿Qué tal?

Entre mundos distintos. ( Furry/Gay )Where stories live. Discover now