Entre mundos distintos. ( Furry/Gay )

CAPITULO 8

Rex:

Las clases seguían como si nada, pero podía sentir la mirada de chicas, chicos y los amigos de Nick encima de mí y de Leonardo, aunque sinceramente me daba igual.
Mientras el girasol que me dio el león, la deje en la paleta de mi butaca, en donde puedo observar su belleza.

Ya era la última clase, clase de química. La profesora dijo algo sobre un trabajo en equipo, yo de inmediato miré a Diana y Paola, pero la maestra interrumpió con algo que no me gusto del todo.

- Será un trabajo en equipo en donde yo los formaré. - dijo la gata color negro con lentes - Además, ya tengo los equipos conformados. - suspire de enojo, la verdad odiaba que los profesores hagan este tipo de cosas - Veamos... - y así se la paso diciendo nombres de las parejas, hasta que paso el turno de Diana - Diana, tú irás con Paola. - ante dichas palabras puse mis dos manos en mi cara de decepción - Hmm... Oh, Leonardo, a ti te puse con Rex. - y eso me alegro por completo, quitando mis manos de mi cara y celebrando para mí - Bien, creo que ustedes fueron los últimos. Bien chicos, el trabajo será un simple y sencillo experimento, el que ustedes quieran, pero que sea al nivel en el que están, y lo quiero para el día de mañana, así que deben de pensar muy rápido, ¿entendieron? - nadie dijo nada, la campana sonó, ya era hora de la salida - Buen día jóvenes. - tomo su bolsa y se fue del aula  

- Rex, ¿cómo haríamos el experimento tú y yo? No creo tener las cosas necesarias en mi casa para hacer uno muy bueno, y menos para mañana. - dijo con vergüenza, rascando su nuca

- En ese caso espero que no te moleste que vayas a mi hogar el día de hoy, haya hay todo lo necesario para un experimento. - respondí con una sonrisa, a lo cual Leonardo se emociono 

- ¡Me parece bien! Pero no tardemos mucho, mi madre se podría preocupar un poco... ¿Si?

Asentí con la cabeza, para posterior ir junto con el león a la salida, donde afuera de esta me esperaba Damian como siempre, portando casi un equipo para escalar una montaña helada, y todo gracias a su esposa Amanda.

...

El transcurso de viaje fue como si nada, me daba cierta risa como Leonardo miraba por la ventana muy emocionado, él no suele venir por aquí, y se emocionaba con ver los grandes edificios, junto con tiendas de ropa y lujosos restaurantes, donde la comida siempre es deliciosa.

- Jeje, hey, si quieres venir más a menudo y ver la ciudad, dime león. 

Leonardo se volteo a mirar con un gran sonrojo, para así regresar la mirada a la ventana y seguir mirando el lugar.

...

El viaje duro cerca de 20 minutos, no muy largo. La limusina estaba enfrente de unas grandes rejas blancas haciendo de puerta, Leonardo miraba asombrado e ilusionado de estar aquí.
Las grandes puertas se abrieron, dejando paso a la mansión que hay más enfrente, recorriendo un sendero que estaba rodeado de un pasto, fuentes y algunas florecitas que sobrevivían.
Leonardo miraba todo con mucho detalle, sacando casi la cabeza de la ventana, pero luego la volvió a meter cuando la limusina entro a lo que es la cochera, para así salir de ella y entrar a mi hogar.

Leonardo estaba sin habla, no quería interrumpir su momento, así que no decía nada y sólo lo guiaba hasta una puerta que da entrada a la gran mansión, y al entrar Leonardo quedo boca abierta, diciendo "wow" en voz baja. 
En la entrada fui recibido por Amanda, quien me abrazo y me dio un beso en la mejilla, para luego mirar a Leonardo quien seguía en trance con el interior de la casa.

- ¿Es un amigo nuevo hijito? - me dijo Amanda, mirando con una sonrisa al león - Me imagino que él no esta acostumbrado a esto, ¿cierto?