CAPÍTULO 16

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Rex:

Tenía que contarle, más bien debía de hacerlo, aunque no me sentía para nada seguro de hacerlo ni tampoco sé cómo es que llegue a reaccionar ante esto...

- Rex, dime... - me dijo Leonardo, quien me miraba seriamente a los ojos... Me causaba cierto miedo

- B-bien... - antes de continuar, solté un suspiro mirando hacia abajo - Ayer me quedé solo en el salón... Bueno, ahí "alguien" vino y se aprovechó de eso. Me tomo de sorpresa y me sostuvo para que sus amigos me golpearan en el estómago... Al final resulte bastante herido pero Paola llego y me salvó. Me llevo con nuestro doctor y... Eso fue lo que pasó. - mi corazón latía como nunca, estaba asustado

- Y ese "alguien" fue Nick... ¿Me equivoco? - asentí con la cabeza, sin verle a los ojos - ¡Roaaaaaawr! - y eso me asustó más, ya que Leonardo soltó un poderoso e increíble rugido, haciendo eco por todo el salón y los pocos que estábamos ahí, sólo miraron asustados a Leonardo - ¡Ese idiota se pasó de la raya ahora! - nunca imaginé tener que verlo así, estaba muy alterado

- ¡No! ¡Leonardo, espera! - y logré detenerlo ya que iba directo a la puerta y seguramente en busca de Nick

- ¡Pero ve de qué forma te dejaron! ¡No me puedo permitir que te siga haciendo esto! ¡Lo voy a matar ya! - aunque le estuviera sosteniendo del brazo, Leonardo me estaba arrastrando con él

- ¡No Leonardo! ¡Así no vas a solucionar nada! - no me escuchaba y tanto fue su ira, que de un fuerte jalón hizo que soltara su brazo, pero también a causa de ello me dio un fuerte golpe en mi estómago... Realmente fuerte... - L-Leo... P-por favor... - no sé cómo lo logre, pero hice que volteara a verme. Gracias al golpe tuve que sostenerme de mi estómago... Realmente me dolió eso

- ¡¿A-ah?! ¡¿R-rex?! - rápido, me sostuvo con una gran delicadeza para que me levantara y tuviera de nuevo mi postura - ¡L-lo lamento Rex! ¡P-perdón! Y-yo no quise... - antes de que pudiera seguir hablando, le di una sonrisa y la forma más fácil que tengo para calmarlo, le di un beso en su mejilla

- Tranquilo Rex... Se me va a pasar el dolor... Pero escúchame, no quiero que hagas ninguna tontería, no quiero que vayas y golpees a Nick... No seas como él y sus amigos. Yo estoy enamorado de Leonardo y sus bellos sentimientos, no de un Leonardo que se vuelva salvaje y loco por esto... Por favor, hazlo por mí.

- Por ti, haré lo que sea necesario... - me sentí feliz de poder calmarlo, aunque su cara aún se mostraba triste

- Ya ya, no me gusta ver a un león triste... ¡Ya sé! ¿Crees que podamos salir los dos esta tarde? - y como siempre, como si fuera magia, una sonrisa tan enorme en el león se formó que incluso me la contagió

- ¡Claro que sí Rex! Todo para remediar lo sucedido hoy... Y hablar de esto. - suspiré

- Bien... Pero volvamos a clase que las clases ya están iniciando.

Y así, volvimos al salón. De nuevo las miradas de todos se posaron en nosotros, además de cuando entramos y nos sentamos, algunos estaban "susurrando" mientras nos veían. Ojalá que esto no haga poner mal a Leonardo... ¡Y si se atreven ellos si se las verán conmigo!

...

- Oh, un gusto tener que verlo de nuevo señor Leonardo, ¿quiere que este viejo perro le haga un favor? - las clases ya habían terminado, me encontraba afuera con Leonardo enfrente de la limusina

- Jeje me encantaría si pudieras llevarme a mi hogar junto con Rex.

- Para mí sería todo un honor.

Ambos nos subimos a la limusina, claro, Leonardo me ayudó a subir... Y me ayudó cargándome como si fuera una novia, lo cual me apeno demasiado y aunque no me viera a un espejo, sabía que mis mejillas estaban completamente rojas.

- Eh... Leonardo... Y-yo puedo sentarme en el coche sólo.

- Nop, tú estarás aquí conmigo, debo de cuidarte, eres algo muy valioso para mí... Y si no te molesta, Leonardo va a iniciar con los cariños y caricias.

Y dicho y hecho. Leonardo comenzó a llenarme la cara a besos, al igual que me hacía cosquillas por mi cuello. Debo de admitir que disfrutaba esto a más no poder, que incluso hubo un momento en el que mis brazos se sostuvieron en forma de abrazo por su cuello, al igual que mi cabeza y casi la mayor parte de mi cuerpo se recargaron sobre el pecho de Leonardo. Era lo más cómodo que había sentido en años y era algo tan hermoso que quisiera que nunca acabara.

- Descansa mi pequeño tiburón.

Con esas palabras, cerré mis ojos mientras el gran león con una de sus manos, acariciaba de mi cabeza... ¡Era tan placentero! Y mi maldita aleta de nuevo hizo lo suyo, moverse a todos lados sin control.

...

Al estar ya en el hogar de Leonardo, no había mucho que hacer más que caminar por ahí aunque Leonardo se quedó quieto pensando por un momento.

- ¡Diablos! ¡Olvide algo! - dijo el león y tras eso, algunos niños pequeños salieron corriendo de todas las direcciones hasta toparse con las piernas de Leonardo, saltando de alegría y felicidad - N-niños jeje... Ho-hola.

- ¡Leonardo! ¡Leonardo! - como si fuera coro, todos saltaban y sonreían alegres - ¡Ooohhh! ¡Hoy vienes con un amigo para jugar! ¡Hace mucho que no venías acompañado! - dijo un pequeño dragón - Sí, y las niñas que venían contigo siempre eran groseras. - menciono una pequeña niña gata

- Oh, ¿Leonardo venía con niñas? ¿Me podrías contar más de eso? Y te prometo jugar con ustedes. - me agache a la altura de la niña mientras le sonreía y le acariciaba la cabeza

- Pues esas niñas eran sus novias, pero todas siempre han sido unas gritonas y unas niñas malas. - todos los niños gritaron un "sí" cuando la pequeña terminó de hablar

- Ah, ¿en serio? Muchas gracias por decirme pequeña. - gire mi cabeza para ver a Leonardo quien estaba muy sonrojado y apenado... Era lindo - ¡Ahora a Jugar todos!

Y sí, todos nos pusimos a jugar... Era raro ya que nunca fui bueno para estar con niños, ni mucho menos jugar con ellos aunque fue bastante divertido ya que Leonardo realmente se divertía con ellos, se veía demasiado feliz y eso a mí me gustaba demasiado verlo así.
A decir verdad, no supe cuánto tiempo pasamos jugando, pero sé que fueron horas, estos niños tenían energía ilimitada... ¡Yo ya estaba demasiado cansado y exhausto!

- ¡Woaaa! Tu amigo sí que juega divertido con nosotros Leonardo.

- S-sí, mi amigo jeje...

- ¡Oh! Perdón niños, pero Leonardo y yo no somos amigos. - todos me miraron confundidos, más Leonardo

- ¿Entonces qué son? - los pequeños ladearon la cabeza mientras nos observaban

- Somos... - sostuve ambas manos de Leonardo, haciendo que me mirara a los ojos - Novios. - el león se sorprendió demasiado al igual que su cara estaba muy roja, pero yo hice que se apenara más, besando sus labios - Quiero ser tu novio Leonardo...





Entre mundos distintos. ( Furry/Gay )Where stories live. Discover now