CAPÍTULO 17

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Leonardo:

Era tan difícil el poder explicar cómo me sentía en aquel momento, no sabía qué decir ni que hacer. Mi corazón estaba latiendo tan rápido como la primera vez que Rex y yo nos besamos, aunque podría jurar que esta vez mi corazón casi sale de mi pecho por lo feliz y emocionado que se encontraba.

- ¿Hablas en serio? - pregunté muy ingenuo

- Pero por supuesto que hablo en serio Leonardo... Quiero que seamos pareja desde hoy en adelante. - y al confirmarlo él con sus propias palabras no me quedaba más qué decir

- ¡Rex! ¡Mi Rex! - lo sujete muy fuerte de la cintura para cargar de él y así dar muchas vueltas - ¡Gracias gracias gracias gracias! ¡Te prometo que seré el mejor de todos y nunca te voy a defraudar desde hoy en adelante! - y así lo bajé al suelo mientras apreciaba de sus bellos ojos - Seremos tú y yo...

Cabe decir que no me molestaba hacer esta escena enfrente de los niños y aunque sean niños, yo les tenía mucha confianza a ellos.

- Señor tiburón, ¿nos promete que no será como las novias gruñonas de Leonardo? - ante eso, Rex soltó una pequeña risa y se agachó un poco para ver a los niños

- Les prometo que no lo seré nunca y que vendré más veces con Leonardo para jugar con ustedes. - dicho eso, los niños saltaron alegres y muy contentos al igual que gritaban "sí"

Siempre que veo a Rex lo veo tan distinto a los demás. Su sonrisa cada día me cautiva más, su corazón es tan puro y de oro, sabe qué hacer en cada situación... Podría jurar aquí mismo que yo me gané la lotería con Rex por eso. Sé que no tiene un gran cuerpo, una gran belleza o algo similar a eso... Pero tenía el mejor corazón de todos y eso ya era más que suficiente para mí.
Claro, no quiero decir que Rex es feo, es muy lindo, ante mis ojos es el más bello de todos.

- ¡Hermano! - de pronto escuche la voz de Daniel que venía acompañada de llantos y jadeos - ¡Ven a casa! ¡Me siento muy solo! - al verlo correr hacia mí, no dude para tomarlo en brazos y cargarlo

- ¿Qué pasa? ¿No está mamá en casa? - pregunté un poco asustado

- No, mamá llamo a casa y dijo que no llegaría hoy a casa por el trabajo y que te esperara en casa para que estuvieras conmigo... ¡Pero ya es noche y no llegabas! ¡Me sentía muy solo y preocupado! - de nuevo se soltó en llanto y no tuve más remedio que darle un pequeño beso en su frente y hacer que se calmara además de disculparme con él

- Perdón Daniel, pero vine hoy con Rex y... - al decir eso, de pronto Daniel levantó su cara muy contento, ya no tenía lágrimas

- ¡¿El tiburón viene contigo?! - pregunto muy energético al igual que emocionado. Yo tan sólo asentí para afirmar - ¡¿Y se quedará con nosotros dos a dormir?! ¡¿Verdad que lo harás Rex?!

- E-ehh... ¿Que opinas Leonardo? - me pregunto Rex, demostrando cierta duda

- Yo... Creo que puede ser una buena idea para ambos y... Mañana no tendremos clases. - Rex se quedó pensando por un buen rato y sé el por qué... Es por mamá

- Muy bien entonces, hoy me quedaré con los dos leones en su casa y espero que ninguno me llegue a comer. - Daniel comenzó a reír pero yo me apené demasiado que incluso llegué a toser un poco

- B-Bien... N-Niños, ya vayan a casa que ya es algo noche y sus padres deben de estar preocupados. - no mentía con la hora, realmente era tarde y el cielo ya comenzaba a tornarse oscuro

Los niños tan sólo sonrieron alegres y se despidieron de mí con un abrazo. También abrazaron a Rex y le dieron las gracias por jugar con ellos... Estos niños.
Después de eso, Rex, Daniel y yo caminamos hasta casa. Me encontraba demasiado nervioso, no sabía cómo reaccionar con Rex aquí en mi casa, además la mía claramente no es como la suya... Me daba mucha pena no poder darle algo que él quiera y sé a la perfección que eso nunca pasaría, pero con mis antiguas relaciones así fue.

Al llegar a mi casa la puerta se encontraba abierta en su totalidad y fue gracias a que Daniel salió corriendo para buscarme. No decidí el regañarle ya que estaba asustado, aunque Rex le explicó que eso no estaba bien y Daniel lo entendió a la perfección.
Cuando entramos todo estaba en su respectivo lugar, inclusive nuestros pequeños ahorros y la comida que estaba en la nevera. Todo estaba en orden.
Rex tuvo que llamar a Damián y avisarle de su ausencia y que estaría conmigo por este día. Después de esa llamada el estómago de los tres hicieron un fuerte ruido para exigir comida.

- Creo que es buen momento para que los tres comamos algo... ¡Voy a la cocina a preparar algo!

Dije y me fui directo a la cocina pequeña de mi casa para poder preparar algo de comida.

...

Rex:

Durante todo momento en la casa de Leonardo debo de admitir que me sentía muy cómodo, mucho más ahora que él y yo somos algo más íntimos, además estas cosas las hacen las parejas... ¿Cierto?
Luego de comer los tres el delicioso platillo de Leonardo, nos dispusimos a dormir, eran exactamente las 11:00 de la noche y nosotros aún seguíamos despiertos. Daniel poco a poco se quedaba dormido hasta que el sueño lo consumió y quedó atrapado en él. Leonardo lo cargó y lo llevó hasta su habitación para dejarlo reposar en su cama para después regresar conmigo en la sala.

- Daniel ya está muy dormido, deberíamos nosotros también de dormir... Pero esta un detalle.

- ¿Cuál? - pregunté

- Hay dos camas más, pero una es de mi madre y la otra es mía, así que... Debería de dormir yo en la sala y tú en mi cama.

- No. - dije rápido interrumpiendo a Leonardo - ¿Por qué no mejor dormimos ambos juntos? - me gustaría saber el por qué dije eso

- ¿Estás seguro Rex? No me gustaría que estés incómodo en mi cama junto conmigo... Además mi cama no es tan grande como la tuya, estaríamos algo apretados. - negué con la cabeza y después sonreí

- No me importa, siempre y cuando sea contigo, no me importa que deba de estar apretado contigo. - me levanté del sofá y sujete la mano de Leonardo para caminar hasta la habitación, no sin antes apagar las luces de la sala y la cocina, dejando ya todo a oscuras menos la habitación que aún se encontraba con la bombilla encendida

- Vas rápido Rex... Me encanta. - no pude hacer más que sonrojarme para acto seguido acostarme en la cama de Leonardo. Era cómoda y olía demasiado a él

- Hey, pero que quede claro que todo lo hago por ti. - solté una pequeña risa para no despertar a Daniel. Después de eso, Leonardo se dispuso a apagar las luces para después acomodarse en la cama junto a mí - Esto es muy cómodo... - Leonardo me sujetó para apegarme a él y hacer que acomodara mi cabeza en su pecho - Y esto es aún más cómodo. - por mi parte, lo abracé con algo de fuerza y aprovechaba para acariciarle de la espalda

- Es más cómodo de lo que pensé... Te amo mi pequeño tiburón, por favor descansa bien junto a este León. - me dio un pequeño beso en mi frente y después cerró sus ojos. Se le notaba lo cansado al igual que a mí

- Digo lo mismo mi gran león, descansa.

Y así ambos nos quedamos dormidos en cuestión de segundos mientras nos abrazabamos lo más fuerte posible.

Entre mundos distintos. ( Furry/Gay )Where stories live. Discover now