Capitulo 8|¿¡Emma y el playboy!?

60 12 0
                                    

— Tengo hambre.— Dice por décima vez.

— Vale.— Digo yo también por décima vez en todo el día.

Después de desayunar hemos decidido salir a dar una vuelta, aunque yo he dicho de irme sola, pero un maniquí andante y vivo se a unido a mi paseo/vuelta.

— Tengo hambre...— Se vuelve a quejar.

— ¿Que hago?— Pregunto al final.

— Dame comida.— Exige como si fuera un niño pequeño.

— No tengo.— Digo.

— Comprame.— Me pide.— Allí hay uno que hace hamburguesa.— Señala a lo que parece ser un restaurante ambulante.— Vamos.— Dice, para luego comenzar a tirar de mi brazo.

Cuando llegamos me doy cuenta de que es como una carabana y que hay un chico que está sirviendo comida a través de lo que parece ser un mostrador.

Nunca había visto uno de estos en la vida real...

Solo en las pelis.

— Póngame una de esas hamburguesas de un euro, por favor.— Le pide Eros al chico.

Después de que el chico tome su pedido, porque luego pidió muchas más cosas... se puso a prepararlo y mientras tanto nosotros nos sentamos en un banquito de madera, para esperar la comida.

— Tenías mucha hambre...— Murmuro.

— Y lo mejor de todo, es que yo no lo pago.— Contesta sonriendo.

Lo pago yo.

— Dicen que sabe mejor cuando te invitan.— Continua hablando.

— ¿Como sabes, que dicen eso?— Pregunto arqueando una ceja.

— Aunque era el maniquí de una tienda, siempre escuchaba a los clientes hablar.— Explica y asiento.

— ¿¡Emma y el playboy!?— Dice en voz alta el de la caravana de comidas para llevar.

Miro mal al maniquí que hay a mi lado y el dándome una sonrisa y un guiño de ojo, sale corriendo a por su comida.

Idiota.

Vaya nombrecito... ¿PLAYBOY? No creo que lo sea, solo es un simple maniquí, que e para comérselo con pan.

— Mira que buena pinta.— Dice cuando se vuelve a sentar a mi lado.

— ¿Por que as dado mi nombre?— Pregunto.— Y lo más importante...¿Por que te as puesto a llamar playboy y no Eros?— Le vuelvo a preguntar.

— Porque suena mejor, Playboy.— Dice sonriendo, mientras comienza a comer.— A ti te iba a poner barbie con medio brazo.— Se rie y lo miro mal.

— Estúpido.— Le digo.

— Sabes que no me quería burlar de ti, solo era una broma.— Explica.

— Me da igual...— Digo y dejo de mirarlo, para llevar mi mirada hacia el suelo.

— Lo siento.— Dice.— No pensé que te sentiría mal.— Confiesa y no le hago caso, sigo mirando al suelo.— Te dije barbie, eso no cuenta.— Dice y me río.— As visto, te hice reír.— Dice riéndose.

— ¿Ya as terminado?— Le pregunto, para cambiar el tema de la conversación.

Nunca me a gustado hablar de mi brazo emputado...

— Si y si quieres podemos irnos.— Dice levantándose del banco y yo lo sigo.

— Volvamos a casa.— Le digo y comienzo a caminar con rumbo de nuevo a mi casa.

El camino era silencioso y para nada incomodo, eso era lo bueno.

— ¡Alice!— Grita Eros a unos pasos de distancia de mi.— ¡Ven aquí!— Grita como un loco.

Estamos como a tres metros...

Cuando llego, miro hacia la caja en donde el mira y entonces veo a un pequeño cachorrito en ella.

Es tan pequeño y mono.

— ¡Nos lo llevamos!— Grita un Eros emocionado a mi lado.

— Claro.— Digo y asiento con la cabeza.— Coge la caja.— Le ordeno, el hace caso y con la caja del cachorrrito en sus manos, comenzamos a andar.

— Es tan pequeño...— Dice mirando el interior de la caja y caminado a la vez.

— Si.— Concuerdo con el.

— Puede ser como nuestro hijo.— Murmura sin dejar de mirar al cachorro y lo miro atónita.

El maniquí andante quiere que tengamos un hijo perruno.

¡Esto es muy fuerte!

— Eh...

— ¡Venga!— Insiste como un niño.— Si es criado por mi, será un bombón.— Dice y veo como les guiña el ojos a un grupo de adolescentes que pasan por nuestro lado.

— Estupido playboy...— Me susurro para mi misma.

— Lo soy, porque soy guapo.— Dice con una sonrisa de oreja a oreja.

— Claro...claro.— Digo.

— ¿Nos lo quedamos?— Vuelve a preguntar.

— Sip.— Acepto.

— ¡Bien!— Celebra como si fuera un niño pequeño y después de calla.— Tenemos un problema.— Dice y lo miro mal.

— ¿Que problema?— Pregunto, esperando que me dirá esta vez.

— No tiene nombre.— Dice preocupado.

Me llevo una mano a la frente y gruño..
Esta persona es insoportable.

Playboy a la venta.✔Where stories live. Discover now