Claramente Eros cumplió su amenaza y ahora nos encontramos en más ni menos que en las oficinas de los policías, porque si, alguien llamó a la policía.
Javi... esa persona que quería sacarme a la fuerza del restaurante, se encuentra en el hospital.
— Tranquila, saldremos de aquí.— Me asegura Eros.
No estoy muy segura...
— Señorita...— Comienza a decir el oficial, mirándome fijamente y esperando a que le diga mi nombre o mi apellido.
— Alicia.— Respondo.— Alicia Willson.— Le digo mi nombre completo y el me mira con una ceja alzada.— Mis padres son de Estados Unidos.— Le informo.
— Claro, si.— Dice, mientras que apunta algo en la libreta que tiene entre sus manos.— Habla español muy bien.— Reconoce.
Esas palabras me hacen recordar a la bruja que me daba clases de español, cuando estaba con mis padres en Nueva York.
Como ellos siempre dicen; Los idiomas son muy importantes en la vida.
Y así es como se hablar español, algo de chino, alemán, francés y mi lengua; El inglés.
— ¿Y el señor es...?— Pregunta.
— Eros.— Responde simplemente el maniquí que hay a mi lado.
— No tiene apellido.— Vuelve a decir el hombre.
Mierda.
— No me acuerdo.— Respode y ruedo los ojos.— ¡Que es mentira!— Exclama con una sonrisa.— Es Thompson.
Un maniquí con apellido...
Interesante.
— Okey...— Dice apuntandolo en la libreta y luego se retira y no deja a los dos solos.
— En casa hablaremos.— Dice el, seriamente y lo miro.
— ¿De que?— Pregunto.
— De todo.— Y después de esas palabras un silencio rotundo.
Al final nos dice que a sido en defensa personal, ya que Javi empezó y nos dejan salir de allí.
— Vamos.— Dice seriamente, parece que le hayan metido un palo en el culo.
— ¡Si, señor!— Digo haciendo como los militares.
— Vamos.
Asiento y lo sigo. Es mal alto que yo, por lo tanto sus piernas son más largas y eso hace que el ahora mismo esté como a dos metros de mi.
Ni me espera el sinvergüenza.
Corro un poco y me pongo a su lado, pero como ya he recarcado — Que es muy alto.— me adelanta con sus piernas larguiruchas.
— Sube.— Ordena cuando llegamos a un coche que no había visto en mi vida.
Le hago caso y me subo al copiloto del coche, para después ver como el se sube a la parte del conductor.
— Oye..
— Silencio.— Me interrumpe.
***
Cuando llegamos a casa, me voy directamente a mi cuarto, pero el entra y de un jalón me saca al comedor.
— ¿Que quieres?— Pregunto en un susurro.
Comienza a darme miedo.
— ¡Que me expliques que hacías con ese imbecil!
— Era una cita.
— Vaya mierda de cita...— Comenta.— Si no llego a estar allí, se te lleva.— Dice y asiento, porque es la verda y el solo hecho de pensar en que se me hubiese llevado en contra de mi voluntad, hace que mis ojos se cristalizen.— Hey, no llores...— Dice y lleva mi cabeza a su pecho, para después acariciarme el pelo.
Ahora en verde llorar, me apetece ronronear.
— ¿Que hacias allí?— Pregunto acomodandome mejor en el sofá.
— Te he seguido.— Dice como si nada, levanto la cabeza de su pecho y lo miro mal.— No me reproches nada...— Dice con una sonrisa de oreja a oreja.— Te he salvado la vida.
— Gracias.— Digo en voz baja.
— ¿Que as dicho?— Pregunta con una sonrisa burlona.
— Gracias.— Digo un poco mal alto.
— ¿El que? Es que no te escucho.— Dice y pone su mano en la oreja para que se lo diga al oído.
— No te lo pienso repetir.— Le susurro al oído.
— Mala.
— Malisima.— Digo riéndome.— ¿Que es eso de "Thompson"?— Pregunto, recordando su supuesto apellido y haciendo comillas con los dedos.
— Mi apellido.— Contesta el con simpleza.
— No te entiendo, ¿Como es eso de que un maniquí tenga apellido?— Pregunto.
— Cuando el dependiente de la tienda me dio un apellido de donde provengo. Simple.— Contesta.
Hago un ruido con la boca y me recuesto mejor en su pecho.
— Al principio quería devolverte.— Confieso y el se rie.
— ¿Y ahora?— Pregunta el, mientras me acaricia el pelo.
— No lo se.— Contesto y siento como mis párpados pesan.
— ¿No lo sabes?— Pregunta, pero comiezo a dejar de escucharlo.— Yo te quiero y no qui...— Y antes de que termine su frase, mis párpados se cierran y mis oídos dejan de escucharlo, lo único que siento es como alguien me alza en el aire.
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Playboy a la venta.✔
Teen Fiction¿Que pasaría si un día vas a una tienda y te encuentras a un maniquí en el escaparate?Nada, verda...Al fin y al cabo es lo normal en una tienda. Pero...¿Que pasaría si ese maniquí en realidad es un chico?Ahí cambiaría la cosa, ¿No? El, un playboy qu...