— ¿Que queréis para comer?— Pregunto y primero le respondió Javi, al cual el trato mal.
Y después de que el pidió, vi como los dos dirigían su mirada a mi. Una burlona y la otra esperando a que pidiera lo que quería para comer.
— Alicia...— Escucho como me llama Javi.
Dejo de mirar a Eros y miro a los ojos a Javi, el cual parece preocupado.
— Si. Eh... yo quiero esto y esto.— Le señaló al supuesto camarero lo que quiero de la carta y el, después de guiñarme un ojo y una sonrisa burlona, se retira.
— ¿Os conocíais?— Pregunta y niego rápidamente con la cabeza.
— No, claro que no.— Sigo negando nerviosa.
— Vale...— Dice y asiente con la cabeza, para luego decir.— Quería pedir...— Comienza a decir, pero una voz lo interrumpe.
— Lo siento, señorita, pero tenemos de lo que a pedido.— Dice Eros.
— Si no te gusta nada, podemos irnos...— Sugiere Javi.
— No, tranquilo.— Le digo, mientras que miro la carta.— Traime esto.— Le señaló una cosa que tiene un nombre raro y Eros asiente con la cabeza.— Sigamos.— Le digo cuando se va.
— Ya no me acuerdo de lo que quería pedirte.— Dice riéndose y veo como sus mejillas se vuelven rojas.
¡Que tierno!
— A mi también me pasa.— Me río con el.
Cuando el va a contestar, una voz bastante conocida... vuelve a interrumpirnos.
— Aquí tenéis la comida.— Avisa.— Para el señor.— Dice dejando su plato enfrente de el.— Y para la señorita.— Dice cuando deja mi plato.
— Yo también soy señorito.— Masculla Javi y me río.
— Lo siento, pensé que era su padre.— Le contesta Eros.
Esta comida va a ser muy complicada.
— Se puede retirar ya, por favor.— Le dice Javi un poco enfadado.
— Claro, señorito.— Dice y lo último lo dice claramente con burla, para después retirarse, pero no si antes decir.— Que le aproveche, señorita.— Y con esas palabras desaparece de mi vista.
— Vaya, camarerucho...— Comenta cuando Eros se a ido.
— Solo a hecho una broma.— Le digo, un poco a la defensiva.
— A mi no me a hecho ninguna gracia.— Dice seriamente.— Además, no para de mirarte.— Dice seriamente y apretá un poco la mandíbula.
— Estas exagerando.— Le digo y finjo una risa, para clamar un poco la situación.
— Que tu te veas estúpida, no quiere decir que otros lo vean.— Dice y de la forma que lo dice hace que me enfade.
— ¿Que sabes tu? Que yo sepa no nos conocemos de nada y por lo que veo, tu actitud es una mierda.— Le digo enfadada.
Quien se cree este, no tiene ningún derecho a hablarme a sí y más por una tontería. Es estupido.
— Me voy.— Le digo levantándome de la silla.
— No vas a ningún lado.— Dice, agarrandome del brazo cuando he comenzado a caminar.
— Sueltame.— Digo fingiendo estar calmada, aunque este nerviosa por su agarre y no, unos nervios buenos.
— Te vienes conmigo.— Sentencia y tira de mi brazo, hacia la salida del restaurante.
Miro hacia los alrededores, para ver si veo a Eros y no lo encuentro, hasta que salimos del restaurante y mi mirada cruza con la suya un pas de mini segundos.
— ¡Sueltame, imbecil!— Chillo, removiendome fuertemente para que me suelte.
— ¡Estate quieta!— Grita el, y su agarre se hace mas fuerte.
— Señorita.— Dice la voz del recepcionista que hay en la puerta del restaurante.— ¿Le esta haciendo algo, el sueño?— Pregunta lo obvio.
— Si.— Digo, le goy una venenosa mirada a el imbecil que me tiene agarrada del brazo y continuo.— No deja que me vaya.— Le informo al chico.
— Sueltala.— Dice una voz grave y varonil, detras de nosotros.
— ¿Y si no que, camarerucho?— Y en cuanto esa pregunta sale de la boca del imbecil, se que detras mio se encuentra ni mas ni meno que Eros.
El maniqui playboy.
— Te partire las piernas.— Es una amenaza, pero como lo ha dicho tan tranquilo, parece que este hablando del clima y no de romperle las piernas.
Sutil manera de decirlo...
El agarre cada vez se hace más fuerte y cuando ya no aguanto el dolor y junto a una mueca de dolor, suelto un pequeño gémido de dolor.
— Ya está.— Dice Eros y después de esas palabras todo parece ir en cámara lenta.
Sabía que esto no acabaría bien...
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Playboy a la venta.✔
Teen Fiction¿Que pasaría si un día vas a una tienda y te encuentras a un maniquí en el escaparate?Nada, verda...Al fin y al cabo es lo normal en una tienda. Pero...¿Que pasaría si ese maniquí en realidad es un chico?Ahí cambiaría la cosa, ¿No? El, un playboy qu...