Solo tú y yo

Capítulo tres

Willow

—Vamos, abre por favor —escucho que pide Summer por enésima vez desde el otro lado de la puerta.

Yo no contesto. Esperaré a que se canse y se vaya.

Me siento mal porqué tendría que estar con Declan ahora mismo, pero en vez de esto estoy escondiéndome de la que era mi mejor amiga. Justo cuando iba a salir de casa me la he encontrado en la puerta, y lo único que se me ha ocurrido hacer ha sido cerrar de un golpe e ignorarla.

Llevo ya media hora encerrada, y creo que debería salir ya para no hacer que Declan espere tanto tiempo así que respiro hondo. Simplemente voy a ignorarla. Puedo hacerlo.

Abro la puerta y allí está Summer. Tengo que juntar todas mis fuerzas para no mirarla y simplemente dirigirme al ascensor. Escucho sus pasos detrás de mí.

—Willow por favor —murmura desesperada —, fue un error. Lo sabes.

No. No fue un error. Acostarse con el novio de tu mejor amiga no es un error, es una decisión. Quiero decírselo, quiero gritarle todo lo que pienso, pero decido que es mejor quedarme callada. Sé que si hablo me voy a poner a llorar, y no quiero que me vea así.

—Willow, ¿qué puedo hacer para que me perdones?

No puedo perdonarla. La confianza que tenia en ella se ha desvanecido por completo, ya no la veo como mi mejor amiga.

Todos los recuerdos vuelven a aparecer en mi mente y de repente siento unas ganas inmensas de llorar. Por favor, que el ascensor llegue ya y pueda irme. Muevo mi pie de arriba a abajo con impaciencia.

Unos segundos después las puertas del ascensor se abren y entro a toda prisa. Summer entra detrás mío, y oigo como suelta un suspiro.

No quiero mirarla, pero no puedo evitar fijarme en su barriga. No se le nota mucho, porque solo tiene tres meses de embarazo. Aparto la mirada rápidamente y cierro los ojos con fuerza, intentando no llorar.

Recuerdo cuando hace unos años hablábamos de como queríamos que fuera nuestro futuro. Yo viviría con Ian en una casa a las afueras de la ciudad y ella con Sam. Formaríamos una familia y yo iba a ser la tía de sus hijos, y ella la de los míos.

Es muy curioso como la vida puede dar tantos giros de repente. Ahora, ya no estoy con Ian, y Summer está embaraza con el hijo de mi ex novio.

Cuando las puertas del ascensor vuelven a abrirse empiezo a caminar apresuradamente. Llego a la puerta principal, y entonces cuando la abro, para mi sorpresa, aparece Declan.

Al verme, sonríe. Y aunque quiero devolverle el gesto, no me sale.

—Hola, he venido porqué llevaba veinte minutos esperando y no sabía si estabas bien o había pasado algo —explica —. Pero al llegar me he dado cuenta de que sé donde vives, pero no me sé el piso, así que me he quedado esperando aquí fuera.

Antes de que pueda responder, su mirada se dirige a Summer.

—Hola —saluda ella, un tanto impactada.

—Hola, me llamo Declan —él le tiende la mano y le sonríe.

—Sí, lo sé. Yo soy Summer.

—Encantado.

—I-igualmente. ¿De qué os conocéis?

Por primera vez, subo la mirada hacia ella. ¿Por qué le interesa?

—Del tra...

—Es mi novio — suelto sin pensarlo, con tono seco.

No me gusta mentir, pero quiero que Summer piense que mi vida está bien y ya no me afecta lo que me hicieron. Quiero que piense que he pasado página.