Capítulo siete

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Willow

—Willow, ¿sigues allí?

La voz de mi madre me saca de mis pensamientos y vuelvo a la realidad. Llevo desde ayer pensando en Summer y en todo lo que me dijo.

—Sí sí, estoy.

—Bueno, solo era eso cariño, ¿ha quedado claro?

¿Qué se supone que tiene que quedarme claro? No me he enterado de nada de lo que ha dicho. Igualmente asiento, entonces me doy cuenta de que no puede verme. Dios mío estoy más ida de lo que pensaba.

—Sí —murmuro finalmente.

—Perfecto, te quiero.

—Y yo a ti, adiós.

Cuelgo el teléfono y me quedo mirando la pantalla durante unos segundos. Nube, mi gata, se acurruca encima mío. Suelto un suspiro y dejo el móvil en el sofá para acariciarla.

No me esperaba nada lo que me dijo ayer, sobre sus padres. No debería estar pensando en ella, ni mucho menos preocupándome, pero no puedo evitarlo. La vi tan... vulnerable...

He estado a punto de llamarla un par de veces pero nunca termino haciéndolo, una parte de mi lo agradece porque sé que no debería, pero no puedo evitarlo.

Justo en este momento, el móvil emite un pequeño ruido, indicando que me han mandado un mensaje y miro la pantalla. Es de un número desconocido pero no hace falta que diga su nombre para saber quién es.

Número desconocido: hola bonita, te recuerdo que la fiesta es hoy. Te vendré a recoger a las 20:00 ;)

Número desconocido: soy Declan, por cierto.

Sonrío divertida cuando leo el segundo mensaje, aclarando que es él, como si todo el mundo me llamara "bonita".

Willow: ¿estás ocupado?

Ni siquiera sé por qué he enviado esto, pero no me da tiempo a borrarlo porque no tarda ni un segundo en responder.

Declan: no, ¿necesitas algo?

Willow: ¿puedes venir a mi casa?

Mierda no, no creo que sea buena idea decirle esto.

Declan: claro, en diez minutos estoy.

No le respondo nada y vuelvo a dejar el móvil en el sofá. Bueno, no lo dejo, más bien lo lanzo.

¿Por qué Summer tuvo que decirme estas cosas? Necesito dejar de pensar en ella como si yo fuera la que tiene la culpa de que nuestra amistad se rompiera.

Declan tarda exactamente diez minutos en enviar otro mensaje.

Declan: ya estoy abajo.

Willow: ahora abro.

Voy directa al interfono y pulso el botón para abrir la puerta de abajo.

Willow: segundo piso, última puerta a la derecha.

No dice nada, pero ve el mensaje. Supongo que estará subiendo. Me lo confirman los pasos que empiezo a escuchar al final del pasillo, que cada vez se acercan más hasta que se escuchan unos golpes en la puerta.

Al abrir aparece él delante mío. Lleva un pantalón de chándal gris y una camiseta blanca de manga corta. Fija sus ojos en mí y una sonrisa aparece en su rostro. Yo intento sonreír también pero no me sale, por lo que su expresión cambia a preocupación.

Solo tú y yoWhere stories live. Discover now