Capítulo veintiuno

495 37 3
                                    

Willow

Pasamos el camino de vuelta a casa en completo silencio. Creo que ninguno de los dos necesita hablar.

Tras la discusión que hemos tenido, y la forma tan inesperada en la que ha terminado, hemos decidido volver a casa. Me he despedido de mis amigos y después de prometerles que nos veríamos una última vez antes de volver a Nueva York, nos hemos ido de la discoteca.

Ahora mismo, su mano está apoyada en mi muslo, justo tocando mi piel. Un pensamiento fugaz ha advertido varias veces que debería apartarlo, que deberíamos hablar las cosas mejor, pero decido ignorarlo.

Aún sigo pensando en todo lo que me ha dicho. Declan me quiere, está enamorado de mí, no se va a ir... y quiero creerle, de verdad quiero hacerlo, pero no puedo. Ian también me prometió que nunca iba a irse y las cosas acabaron mal. Ian también me dijo muchas veces que me quería y después no me lo demostró, como si todos los años que pasamos juntos no hubieran significado nada para él.

Sé que Declan es diferente, claro que lo sé. Declan no me ha hecho dudar de él en ningún momento, es bueno, cariñoso, atento... cualquier persona estaría feliz de tener a una persona como él al lado.

Estoy muy agradecida de que haya aparecido en mi vida, pero mi intención nunca fue encariñarme tanto con él. Pensaba que después de Ian, iba a ser incapaz de volver a sentir algo tan fuerte por alguien, pero tuvo que venir Declan a desmontar mis planes.

Me ha dicho que me quiere y aún así no puedo confiar plenamente en él. ¿Soy una mala persona por pensar así?

—¿En qué piensas? —su pregunta me devuelve a la realidad. Giro la cabeza para mirarlo aunque él sigue con la vista fija en la carretera.

—En todo —mi voz sale en un susurro.

—¿Podrías especificar?

—Me has dicho que me quieres.

—Sí —asiente.

—Solo pensaba en eso —me encojo de hombros.

—De acuerdo.

Me fijo en cómo algunos mechones de su pelo rubio caen por su frente. También me fijo en sus ojos, sus pestañas, su nariz y sus labios. Miro la mano que tiene apoyada en mi muslo y vuelvo a mirarlo a los ojos. Y me doy cuenta de que, aún después de lo que le acabo de hacer, parece relajado.

—Yo no sé si pue... —empiezo.

—No lo he dicho para que me lo digas también, bonita —me corta, como si leyera mis pensamientos —. Lo he dicho porque quería.

—¿No te molesta que no te lo diga? —pregunto, con duda.

—No —ahora gira su cabeza y nuestros ojos se encuentran.

Una pequeña sonrisa aparece en su rostro, sé que me está diciendo la verdad.

¿Por qué es tan bueno? ¿Por qué me sonríe así después de dejarlo? ¿Por qué me pone las cosas tan difíciles? Toda la culpa vuelve a apoderarse de mi mente, ¿por qué tengo que ser así?

—Declan...

—Dime.

—Mi intención nunca ha sido hacerte daño.

—Lo sé —asiente —, tranquila.

—No, Declan, ¿por qué eres tan bueno conmigo?

—¿Prefieres que me enfade?

—No... —susurro.

—¿Qué te grite?

Niego con la cabeza.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 12, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Solo tú y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora