Capítulo doce

576 59 39
                                    

Declan

Es un chico bastante alto, aunque no demasiado, de pelo castaño y ojos del mismo color. No me hace falta ver más para sacar mi conclusión: Willow es demasiado para él.

La miro, se ha quedado paralizada. Sus ojos se encuentran con los míos y puedo ver que no sabe qué hacer. Puede que ahora esté un poco enfadado con ella pero le agarro del brazo y tiro hacia mí, hasta que queda a mi lado.

—Hola —murmura, con un hilo de voz.

Nunca la había escuchado hablar así, siempre suena tan segura de sí misma que es muy extraño verla tan... pequeña, como si de repente toda la confianza hubiera desaparecido.

—Cuánto tiempo —dice el idiota de su ex, forzando una sonrisa. Se nota que ambos están incómodos —, ¿cómo has estado?

—Bien.

La miro. Ella no lo hace, ella tiene la mirada fija en Ian.

Por instinto le pongo una mano en la espalda, de alguna manera quiero mostrarle que sigo aquí y que si necesita mi ayuda puede decírmelo.

Es entonces cuando sus grandes ojos verdes se fijan en mí. Puedo ver su expresión, quiere irse de aquí.

—¿Nos vamos? —le pregunto bajando la voz para que solo me oiga ella.

Asiente en respuesta.

—Espera —pide el idiota cuando ve que empezamos a movernos. Veo como hace un ademán de agarrarla del brazo para que se quede quieta pero me pongo delante suyo antes de que pueda tocarla.

¿Pero quién se cree que es? ¿Después de lo que le hizo?

—Dime.

—¿Podemos hablar?

—¿Sobre qué? —ahora la voz de Willow ya no sale insegura sino más bien cansada, como si este encuentro la estuviera agotando mentalmente —. Creo que ya hemos hablado de todo lo que teníamos que hablar.

—Sobre lo que pasó.

—No quiero —niega con la cabeza y aparta la mirada.

Joder, odio que se ponga de esta forma por este imbécil. Él tendría que estar así de mal por lo que le hizo, no ella.

—Pero...

—Te ha dicho que no —bramo, con voz firme.

No quería intervenir pero no he podido evitarlo. De verdad, ¿se cree que tiene derecho a siquiera dirigirle la palabra?

Sus ojos se fijan en mí.

—¿Quién eres? —pregunta.

—Su novio —miento sin prensarlo.

Puedo notar que esa información lo toma por sorpresa. Y cuando miro a Willow, veo que está igual de sorprendida que él.

Antes me ha enfadado que me besara solo para que no la reconociera, pero... ya me da igual. Voy a fingir ser su novio todas las veces que haga falta y si necesita volver a usarme para escapar de alguna situación, que me use. A ella la dejo.

—¿Su novio? —parece que aún no procesa del todo lo que acaba de escuchar.

Dios, que idiota.

—Sí. ¿Y tú eres...? —finjo no conocerlo.

—Su ex —se cruza de brazos.

—¿Su ex? —lo miro de arriba a abajo, como si no me lo creyese.

—¿Qué te sorprende tanto?

—No sé —me encojo de hombros con indiferencia —, pareces muy poca cosa para ella.

Solo tú y yoWhere stories live. Discover now