Capítulo ocho

637 60 36
                                    

Willow

Declan aparece delante mío cuando abro la puerta.

—Preciosa, como había dicho.

Sonrío por el comentario y me cruzo de brazos, mirándolo de arriba a abajo.

Lleva unos pantalones negros tejanos y una camiseta blanca, aunque es un conjunto muy básico, le queda de maravilla. Yo, por mi parte, he optado por ponerme un vestido blanco, ni muy elegante ni muy casual, de una tela fina y muy cómoda. Es corto, me llega hasta la mitad de los muslos y es ajustado.

—Tú tampoco estás mal —murmuro, haciendo que su sonrisa se ensanche —. ¿Sabes? No tenías que venir hasta la puerta, podrías haberme avisado y habría bajado yo.

—¿Qué clase de hombre te crees que soy? —pregunta, casi indignado.

—Un idiota —digo divertida.

—¿Sabes? Llamarme tantas veces idiota puede crearme un trauma.

Yo suelto una carcajada.

—Perdón Declan, ¿mejor?

Parece que se lo piensa durante unos segundos.

—Ahora ya no, me he acostumbrado a que me llames idiota.

—Qué idiota —niego con la cabeza pasando por su lado.

—Así me gusta —asiente él, cerrando la puerta.



—Un italiano... —comento al ver el nombre del restaurante.

—Así es.

—Muy buena elección.

—Gracias, tengo buen gusto —sonríe, orgulloso.

Declan abre la puerta y ambos entramos. No puedo pasar por alto el olor a pizza que viene de repente, me encanta. Miro por mi alrededor, es un restaurante acogedor y hay bastante gente, aunque parece que eso a Declan no le importa porque empieza a caminar, abriéndose paso.

Parece que está buscando a alguien y después de unos segundos por fin lo encuentra porque veo como sonríe y se acerca a un camarero.

—¡Tío! —el chico se gira al escuchar a Declan y sonríe. Es un chico joven, de pelo negro y ojos del mismo color.

—¡Declan! ¿Qué tal?

—Bien, ¿qué tal tú?

—Bueno, como verás, un poco ocupado. Estamos hasta arriba.

—Claro —antes de poder reaccionar, Declan me coge de la mano y me acerca a su cuerpo —, esta es Willow.

—Vaya, la famosa Willow, por fin te conozco, soy Liam.

¿Famosa? ¿Declan ha hablado con sus amigos de mí?

—Un placer —sonrío, ignorando el comentario mientras le estrecho la mano.

—Bueno, no te quitamos más tiempo —dice Declan.

—Claro —Liam asiente sonriendo y empieza a caminar —, seguidme, os llevaré a vuestra mesa.

La mesa está en una esquina del restaurante. Nos sentamos y Liam se despide.

Miro la carta.

—No sé qué hacer... —me quejo.

—¿Sobre qué?

—¿Pasta o pizza? No puedo elegir.

—Bueno, ya vendremos otro día.

—¿Me vas a invitar otro día? —pregunto sonriendo.

—Claro.

Asiento.

Solo tú y yoWhere stories live. Discover now