11. Pagar el precio

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Rolan

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Rolan

Sentados en el sofá más largo de la sala, recluido en una de sus esquinas, presencio esta especie de teatro que protagonizan Tyler y Bennett. Desde que regresaron a la sala acapararon la atención, es como si dos estrellas de rock llegaran de la nada a compartir con la gente del común. La fama de Ben lo precede, incluso después de salir de la universidad, y es que ese porte de empresario lo ayuda. Es atractivo; caí ante su apariencia, pero no con su actitud porque sé lo embustero que es. Lo conozco desde la preparatoria, cuando me hice amigo de Kendry, y desde ahí siempre ha sido así, carismático, sacando provecho de su apariencia para atraer a todo aquel que le facilite el sexo.

Por otro lado, Tyler se ganó la atención de las chicas por la pelea que dio. Más de una, como abejas a la miel, le preguntaron su nombre, edad, donde vivía y si era luchador profesional. Lo que me jode es que quedó tan abrumado con tanta atención que eso de querer irse pasó al olvido. Ahora es asediado por dos tipas que se le pegan como una lapa, una aferrándose a su brazo para metérselo entre las tetas y la otra pasándole la pierna por encima de la suya, casi subiéndola para tocar con la rodilla su entrepierna. Las dos se echan miradas amenazantes, incapaces de cederle a la otra el hombre por el cual disputan... ¡Puf! Si supieran que a este chico le atraen los penes.

Busco con la mirada a Ben quien se fue con un tipo por unas bebidas y no ha vuelto en un buen rato. De seguro deben estar cogiendo en la cocina o en el baño.

—¿O sea que no peleas profesionalmente? —pregunta la rubia que aun abraza a Tyler, incapaz de soltarlo, obteniendo mi atención también.

—No —murmura el chico, aun aturdido por los golpes, parpadeando con pesadez—, aprendí a defenderme yendo a clases de karate.

—Okey, basta —bufo al no soportar tanta cercanía de ese par de urgidas. Me paro frente a los tres, intimidándolos al tiempo—. Vayan, consíganse a otro que se las quiera coger. Este tipo ni siquiera distingue que tiene unas tetas restregándole el brazo.

—¿Ese vas a ser tú, Rolan? —pregunta la rubia, con un interés que raya a la perversión.

—Sólo si lo sueltas —prometo. Enseguida ambas se alejan para ponerse de pie e ir hacia mí. Ante sus intenciones de abordarme retrocedo un paso y niego con el dedo índice—. Primero tengo que encargarme de él, luego voy con ustedes.

—Okey, guapo —murmura la pelinegra, que sin quitar esa cara alevosa me pasa por el lado para tocar mi pecho con su dedo, rasgándome con sutileza con su larga uña.

Me toma un segundo de descuido, ¡sólo uno!, para que al volver la atención en Tyler ahora tenga al lado a Neil, mi amigo de la universidad, y al otro lado a Aaron quienes lo abrazan como si fueran camaradas. ¡La puta madre!

—Semejante paliza la que le diste a JC —alude el castaño de cabello rizado; Neil, quien le pasa el brazo por encima de los hombros para darle un apretón.

He aquí una jodida cuestión © [Spin-off #1]Where stories live. Discover now