17. La liebre y la tortuga

109 18 0
                                    

Tyler

Hoppla! Dieses Bild entspricht nicht unseren inhaltlichen Richtlinien. Um mit dem Veröffentlichen fortfahren zu können, entferne es bitte oder lade ein anderes Bild hoch.

Tyler

Voy tras él, arrellanándome en el asiento contiguo. Se gira en su lugar, contemplándome con detenimiento, circunspecto, meditativo, desviando la vista luego de varios segundos de análisis. Oigo el pitido del microondas avisando que la comida está lista, distrayéndome un segundo. Regreso la atención en Rolan que se mantiene igual.

—¿Qué has pensado de esto que hicimos? —pregunta reparando en mí, tomándome desprevenido. Disimulando el pasmo, desvío la atención a donde él veía antes.

—Con sinceridad no he pensado mucho en eso, sólo que fue inesperado —confieso, pensativo. No repaso su duda, más bien el motivo que lo llevó a hacer lo que hizo—. ¿Por qué lo preguntas?

Suspira en breve, resonando el aire que sale por su nariz.

—Te seré franco, Tyler, espero que por tu bien lo que te diga no salga de aquí —alerta, con tal severidad que por obvias razones desconfío de la posible amenaza que dará—. Quiero que estés conmigo.

Más que advertencia es una ¿confesión? Aún no la asimilo pues trato de reponerme del impacto que me producen sus palabras.

»Nunca me obsesioné tanto con alguien —prosigue, más tenso que antes—, y créeme que cuando me obsesiono, persisto hasta que lo obtengo.

¿Acaso es cierto eso? ¿Qué cree que soy, el juguete edición limitada de colección?

—No soy un objeto, Rolan, soy una persona —recalco, costándome no enojarme—. Si es para desvirgarme no lo permitiré —alego, haciendo comillas con los dedos al indicar aquello que me vuelve vulnerable a él.

—Claro que no es por eso, aunque puede que si un poco. —Ante ello tuerzo los ojos—. ¡Mierda! No hagas esas caras.

—Será mejor que digas algo convincente porque estoy arrepintiéndome de estar aquí —bufo, cruzando los brazos, indignado por lo poco ortodoxo que fue.

Suspira de forma ruidosa, apretando la mandíbula que se marca por la presión que ejerce.

—Seamos pareja, y no lo digo por capricho, lo digo porque quiero que sea así —propone con una convicción que me hace pensar en mi respuesta, más por el asombro que por lo que en realidad pienso de ello.

—Di-dijiste que eso no te iba, que estabas en contra de tener una pareja —le recuerdo, lidiando con los nervios pues aún no asimilo su petición.

—Lo sé, ¡lo sé! —exalta frustrado, a nada de agarrarse los cabellos con ambas manos.

—¿Entonces por qué lo haces? —pregunto, más nervioso que ansioso por conocer su respuesta.

Aparta la mirada a un costado para evitarme. Inhala profundo, ensanchando su pecho; queda más rígido, luchando con lo que tal vez no quiere revelar.

He aquí una jodida cuestión © [Spin-off #1]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt