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—¿Dos galeones? ¡Por Coco Channel! ¿Acaso crees que mi trabajo cuesta dos galeones?—Cuestionó la rubia de brazos y miró hacia Victoria que asintió para acercarse aquel regordete y pálido chico de Slytherin.
Aunque Cleo no necesitara el dinero, sería una buena forma de demostrarle a su madre que podía ser igual de talentosa que ella, incluso si no hacía gran cosa.
—Mucho mejor, osito—Soltó la de cabello castaño para tomar los otro cinco galeones que le ofreció el chico.
Llevaban unos dos días atendiendo clandestinamente en la torre de Astronomía a estudiantes fuera de Ravenclaw que quisieran un nuevo cambio de estilo, por su puesto; todos con citas, Cleo odiaba la desorganización.
Para sorpresa de ambas chicas de Beauxbatons, a muchas personas les había gustado el repentino cambio que tuvo Potter y su cabello, incluso Cleo podía asegurar que escuchó a Cho hablar de eso con sus amigas, eso solo le hacía todo más fácil.
Si no supiese que la Ravenclaw tenía interés por Pookie, seguramente jamás lo ayudaría, no obligaría a nadie y mucho menos a una chica, pero ahora que creía que podía ser mutuo, tenía toda la cancha libre.
—¿Qué te parece, Crabbe?—Preguntó la de ojos claros mirando al regordete adolescente que cubrió su boca al notar su cambio, tenía más cabello gracias a la poción que le habían dado; pero no estaba alborotado, tenía forma.
—Draco va a enloquecer cuando vea que mi cabello es mejor que el suyo—Siseo levantándose de la silla para quitarse la bata—Gracias, hermosas.
Cleo sonrio por el cumplido a diferencia de Cece, que solo hizo una mueca para obligar al chico a salir de ahí, debía admitir que solo llevaban ahí menos de un mes las personas de Slytherin no le agradaban, sobre todo los chicos.
Quizás llevaba conviviendo mucho con Weasley.
—¿Estás nerviosa?—preguntó Victoria ayudando a su amiga a guardar sus implementos en la pequeña bolsa hechizada
Cleo la miró confundida.
—Por la elección, es hoy... Madame Maxime piensa que podría ser Fleur o Bianca—Manifestó para notar como su mejor amiga miró a un lado—No quieres que salga, ¿Verdad?
—Si pero no—admitió mordiendo la pared interna de boca—Es solo que, Fleur quiere llevar el orgullo a casa, pero ese torneo es bastante peligroso, magos han salido lastimados e inclusos algunos murieron, no me gustaría enterrar a alguien por un premio.
La castaña asintió, tenía razón, aunque la gloria eterna y la cantidad de galeones fuese tentadora, nada se comparaba con la seguridad, de cierta forma agradecía que las personas menores como ellas no pudiesen participar, de lo contrario, estaría aterrada.
—De todas formas, no me gustaría hablar de eso ahora... ¿como va todo con Bilis, Cece?—Se burló la rubia para codear a su mejor amiga que cubre su rostro con sus manos
