Soy la princesa Victoria Evangeline de Francia, única hija del Rey Edmund y la Reina Elizabeth, sucesora al trono Francés, tengo una vida perfecta, cumplo con mis deberes, soy la princesa del pueblo amada por los franceses y adoración de mis padres...
Pov. Hümaşah Había pasado un mes desde que perdí a mi hijo, Nurbanu me escribió y me dijo que en cuanto resolviera los asuntos de mi pueblo le hiciera saber y ella iría inmediatamente. En unos minutos llegaríamos a Francia, Mihirimah venía en el carruaje conmigo, miraba por la ventanilla mi amado pueblo, mi gente, volvía para tomar el lugar de mi padre, su salud empeoró y lo doctores no pudieron hacer nada, las mala noticias parecían no dejarme, Mehmed había decidido que Mihirimah me acompañará para no estar sola, él no pudo venir, Bayaceto había sido herido con una flecha y él junto al Gran Visir Malcoçoğlu, tuvieron que ir a su provincia para investigar.
Mihirimah: Francia es hermoso,-Me dijo sacándome de mis pensamientos. -Debiste vivir muy feliz aquí.
Hümaşah: Lo fui, pero ahora soy feliz con Mehmed y con ustedes, al llegar al palacio debes dejar de llamarme Hümaşah, aquí sigo siendo Victoria.
Mihirimah: Por supuesto lo entiendo.
Llegamos y nos ayudaron a bajar del carruaje, al pasar todos me hacían reverencia y yo caminaba con confianza con Mihirimah a mi lado
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Al llegar me dirigí a buscar a mi madre.
Hümaşah: Madre-Dije reverenciandola mintras me acercaba a darle un abrazo.
Reina: Victoria, como te extrañaba.
Hümaşah: La sultana Mihirimah viene conmigo.
Mihirimah: Majestad -Dijo inclinandose
Reina: Un placer que este aquí.
Fuimos a ver a mi padre, estaba en la cama con los ojos cerrados, estaba muy delgado, me acerque y bese su frente.
Hümaşah:¿Cómo está?
Reina: Mal, los doctores dicen que no pasará la noche.
Hümaşah: No puede ser, Dios cuántas tragedias.
Reina: Todo esta listo, para que seas coronada, solo faltaba tu llegada, entre más pronto lo hagamos será mejor.
Hümaşah: Bien, llevare a Mihirimah a su habitación para que se pueda cambiar y me iré a arreglar.
