El ocaso de los ídolos: como este mundo verdadero terminó siendo una fábula

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Amen, amen dico vobis, nisi granum frumenti cadens in terram, mortuum fuerit,ipsum solum manet: si autem mortuum fuerit, multum fructum affert. Qui amat animam suam, perdet eam; et qui odit animam suam in hoc mundo, in vitam aeternam custodit eam.

Ioannes 12, 24-25

Miku salió a toda prisa hacia el hospital para saber el estado de salud del profesor Nishida. La preocupación que inundaba el corazón de Miku fue ¿Qué sería de ella una vez que Nishida muera? ¿Tomaría ella el lugar de un grande de la filosofía en Japón habiendo todo un séquito que busca quedarse con el puesto del profesor que yace en la agonía?

-Profesor, no se muera, tengo tantas preguntas sobre su encuentro con Martin Heidegger y cómo Japón ha desarrollado su filosofía en tiempos de la postguerra- pensó Miku mientras corría al hospital.

Miku logró llegar al hospital, pero afuera había una gran multitud que esperaba noticias sobre el estado de salud del profesor Nishida. Miku se dió el modo de entrar al hospital por el área de emergencia, averiguó en que sala estaba y procedió a buscar la cama del pabellón 35 donde estaban internados los pacientes que tenían dolencias del corazón.

Miku desarrolló un plan el cual consistía en tomar la ropa y la identificación de alguna enfermera para poder ingresar libremente al pabellón. Se dió la manera de conseguir todo lo que quería puesto que aprovechó el descuido de una enfermera. Corrió al baño a cambiarse y procedió con su búsqueda.

-Mi corazón late a toda prisa, mis pies tiemblan del miedo y de emoción

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-Mi corazón late a toda prisa, mis pies tiemblan del miedo y de emoción. ¡Nunca me había sentido tan viva como ahora!- pensaba para sus adentros mientras caminaba entre los doctores, enfermeros y enfermeras. De tanto caminar encontró el pabellón y la cama donde estaba su profesor.

Ingresó al cuarto y vio que estaba descansando. De repente el profesor Nishida abrió los ojos:

-¿Quién es usted?- preguntó el profesor a la enfermera.

-Soy yo, Yomiko Readman- respondió mientras se quitaba el barbijo.

-¿Qué sucedió? ¿Por qué estoy en el hospital? y ¿Por qué estás vestida de enfermera? Continúo preguntando el profesor mientras reconocía el lugar.

-usted sufrió un ataque cardíaco y se desmayo mientras me felicitaba y llámanos a una ambulancia y por eso usted está en el hospital. Hay mucha gente en la entrada. Yo me dí el modo de ingresar por la entrada de emergencia y le robé a una enfermera su uniforme y la credencial  es por eso que estoy vestida de ésta manera para poder verlo- respondió a la pregunta del profesor Nishida mientras se veía a sí misma.

—Me alegra mucho saber que seas tú la primera en verme. Muchos me buscan para quedarse con mi puesto. Otros quieren que les de recomendaciones para que se vayan a Europa, pero usted se preocupa por mi salud sin buscar nada a cambio. Ese tipo de personas ya no existen. Debe ser porque usted ha sufrido mucho. Hay algo que debo confesarle: yo sé realmente quién es usted Srta. Readman o mejor dicho Srta. Makano Miku— habló su profesor con un poco de dificultad.

Amor sin piedad: De La Deconstrucción Del Amor Humano Where stories live. Discover now