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[DEDICADO A: angelcaido24

Las personas del círculo llegan media hora después de que me duchara y, eso, para ser sincera, me agradó de ellos. La mayoría de personas hubieran llegado a las una y media o a las dos del medio días, o también, no hubiesen venido.

    Trevor se fue con Logan y dos chicos más (los que creo que eran sus amigos) a conseguir información de las personas que esperaban fuera, mientras que Damon se queda a mi lado, observando cómo los chicos pasan de un lado a otro, rápidos, para poder terminar algo lo más rápido posible.

─No puedo estar tanto tiempo sin hacer nada –espeta mi amigo, después de unos diez minutos en pie sin hacer nada.

─ ¿Qué quieres hacer?

    Giro la cabeza y le observo de perfil. Su ceño siempre está fruncido y eso me provoca curiosidad. ¿No se cansa? ¿No le duele estar tanto tiempo igual?

    Se ha cruzado de brazos y me mira de reojo, con la sonrisa seductora en su boca. Creo que ya ha notado que le estaba mirando fijamente.

─Quiero hacer muchas cosas, pero contigo, y no puedo porque tú me matarías ─contesta, mirando al frente de nuevo ─, literalmente.

─Eso lo sé también como tú.

    Dejo de mirarle y me limito a mirar al frente y cruzarme de brazos igual que él.

─Pues entonces quiero entrenar –dice y empieza a caminar recto hacia la sala de entrenamientos. Se gira al ver que no voy detrás de él, y arquea una ceja ─. Vamos, no tenemos todo el día.

    Me muerdo el labio inferior, divertida por su impaciencia (cosa que aprendió de mí), y le sigo, dispuesta a pegarle la paliza de su vida y a dejarlo medio muerto en el suelo.

(...)

─ ¡Eres una puta tramposa! ─grita con dolor, mientras yo permanezco detrás de él, poniendo su muñeca a la altura de su clavícula.

    Gruñe y gime por culpa del sufrimiento que le estoy causando. Pobre Damon, ni siquiera sabe aceptar una derrota y mucho menos creada por una chica. Él siempre pensó que, por ser mujer, tenía que ser más débil, tonta y buena; me dio lástima cuando le rompí el codo.

─Lo siento, amor –le susurro en el oído, con una sonrisa en mi cara ─. Tienes que aprender a perder.

    Le suelto la muñeca y le doy un codazo en las costillas. Cae al suelo de rodillas, agarrándose el lado donde mi codo ha impactado, y poyando una de sus manos en el suelo para no caerse y hacerse más daño aún. Es un débil, debería aprender a ganar.

─ ¿Cuándo... ─susurra, entre gemidos agotados e inhalaciones de oxígeno ─, me dejarás... ganar?

─Cuando de verdad puedas –contesto, y me siento en una de las bancas mientras bebo agua de mi botella negra y me limpio el sudor de la frente con una toalla.

    Damon tose varias veces, hasta que por fin se siente "bien" y se puede levantar del suelo para acercarse a mí. Su mirada azul sigue igual de viva que siempre, su frente sigue fruncida, su piel sigue siendo pálida (junto a la capa de sudor que tiene encima) y su sonrisa ladeada sin mostrar sus dientes blancos y perfectos.

    Se sienta a mi lado y me quita mi botella negra para beber él. Coge una toalla y se empieza a secar la frente y el pecho que tiene al descubierto. El capullo de mi amigo está lleno de cicatrices, aunque no le puedo juzgar: yo estoy igual o incluso peor que él y sigo sin saber cómo es que sigo viva.

─Esta vez me has hecho daño, preciosa –murmura, después de soltar mi botella de agua en el suelo.

─Fuiste tú quien quiso venir a entrenar –me encojo de hombros con una sonrisa de inocente en mis labios ─, así que a mí no me culpes, amor.

    Pasa su brazo por mis hombros y niega repetidas veces con la cabeza mientras sonríe, esta vez mostrando sus dientes blancos, en dirección a la bolsa de boxeo que cuelga a varios metros delante de nosotros.

─ ¿Crees que podremos ganar esta guerra? ─le pregunto, con mi rostro totalmente serio y mis manos en mi regazo.

─Astra, nadie que se haya enfrentado y haya ganado, ha sobrevivido para contarlo.

    Para ser sincera, eso me ha sacado una pequeña sonrisa. Ni siquiera las personas más fuertes nos sentimos seguras y él lo sabe mejor que nadie.

─ ¿Entonces... ─comienzo, jugando con mis dedos ─, si yo mato a Jorge... me sentiría bien?

    Siento que me mira, pero yo no soy capaz de levantar la cabeza y mirarle ahora. Damon es el único que sabe mi antigua historia de amor con ese energúmeno, así que él es el único que puede adivinar mi emoción.

─Eso depende de una sola cosa ─contesta, apoyando su cabeza en la mía.

─ ¿Qué cosa?

─De tus sentimientos hacia él –contesta, y no sé que me ha dolido más: que haya tenido los cojones de decir eso, o que tenga razón.

ASTRA [PAUSADA]. (#PNovel)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant