9.

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Miré al chico que tenía frente a mí. Llevaba sin verle mucho tiempo y ha cambiado un montón. Tanto, que si no hubiese sido por Damon, no le habría reconocido. Su pelo castaño medio rubio y antes ondulado, ahora estaba más largo y rizado, sus ojos negros me miran con asco y frialdad y su cuerpo pequeño y débil ha sido suplantado por unos fuertes músculos. El cabrón ahora estaba muy bueno, había que admitirlo.

─Sólo han pasado dos años desde que te dejé y ya estabas a punto de acostarte con otro hombre –su voz sonaba frustrada y sus ganas de matarme eran evidentes.

─Es mi vida y mi tiempo, así que yo elijo cuando y con quién perderlo –me encojo de hombros mientras me siento recta en el sofá, mirando a Jorge e intentando aparentar normalidad cuando los nervios y el miedo me ganaban internamente.

─Siempre fuiste muy guarra.

Me levanto de un salto del sofá y saco la pistola que tenía escondida en mi sujetador para apuntarle justamente entre ceja y ceja.

─Aprendí de tu madre –le guiño un ojo y sonrío. Él siempre odió que se metieran con su madre, era su punto débil.

─Vuelve a decir una palabra sobre ella y date por muerta –me amenaza. Estúpido.

─Todos estamos muertos de alguna forma u otra, pero creo que Kevin es quien está más muerto de todos nosotros –me arrepentí al segundo de decirlo.

Jorge sacó una pistola similar a la mía de su bolsillo y dos personas más aparecieron detrás de él, armadas. Vale, punto para él. Damon se levanta y me quita las dos navajas del pantalón para luego apuntar a los nuevos sujetos que se han acercado.

─Llama a los demás –le ordeno a Damon y, justamente cuando se marcha, Jorge sonríe. Esto es malo.

─Están encerrados y tu amigo también lo va a estar.

Mis ojos se abren como platos y el enfado empieza a acumularse en mi cuerpo. Creo que si disparo ahora mismo y soy muy rápida, puedo escaparme de aquí sin que esos dos capullos armados me disparen y así podré ayudar a mis amigos y a largarnos de aquí lo antes posible.

─No pienses en escapar porque hemos rodeado el almacén.

Mierda. Ahora sí que no sé qué hacer. Probablemente estaré muerta en unos minutos.

─Sólo he venido a advertirte –levanta su pistola y apunta a mi rodilla. Oh, no, que ahí tengo...

Y no me da tiempo a decir nada porque la bala impacta en mi rodilla, haciéndome caer al suelo y maldecir en silencio. Joder, duele mucho.

─Te dejo cinco días antes de que vaya a matarte –gruñe. Les hace un gesto con la cabeza a los dos chicos y le dice algo de que suelten a mis chicos... pero, estoy tan mareada y dolorida que apenas puedo pensar.

Escucho sus pasos al marcharse y, un minuto o quizás dos, más tarde, a mis chicos corriendo hacia aquí. Mierda, no siento la pierna. Por favor, que no me vayan a hacer lo que estoy pensando.

─Astra, te vamos a llevar con Pratt para que te cure –me informa Damon, cogiéndome en brazos.

─Por lo que más quieras, ten los ojos abiertos y no te duermas –creo que esa era la voz de Trevor, pero no le escucho bien porque el sueño se apodera de mí y termino inconsciente.

ASTRA [PAUSADA]. (#PNovel)Where stories live. Discover now