10.

13 10 1
                                    


Me despierto en una habitación gris, acostada en una cama de sábanas manchadas de sangre (seguramente mía) y con un dolor de cabeza impresionante. Siempre que me pasa algo termino con dolor de cabeza, no sé cómo lo hago.

Escucho como la puerta se abre y como mi amigo Pratt entra en la habitación, seguido de Damon.

─Me estoy muriendo, ¿podrías decirme que mierda me pasa? –espeto, sin dejarle hablar.

─Mírate la pierna izquierda –me ordena, mirándome con sus ojos grises a través de sus gafas.

Quito la sábana que me cubría el cuerpo y me muerdo el labio con fuerza al ver lo que pasa. Ya sabía yo que esto iba a estar en mí tarde o temprano, pero yo no eché cuenta.

─Odio tener esta mierda –gruño, molesta.

─No es tan malo, te acostumbrarás –me intenta animar Damon, pero le fulmino con la mirada y se calla.

Me miro otra vez la pierna ortopédica. Qué asco, de verdad, no sé cómo las personas sin piernas soportan esto.

─Dile a los chicos que como se rían de esto, los mataré –le ordeno.

Mi amigo asiente y sale por la puerta para luego de gritarles a los chicos vuelva a entrar con una sonrisa en su boca. Siento que me voy a derrumbar dentro de poco. Mi padre tenía razón, no debería haber creado esta mierda de bando porque yo sería la primera que acabaría mal. La fuerza y la inteligencia no son siempre los mejores recursos para ser una buena líder. Cuando mate a Jorge y a todos los gilipollas vivos que le ayudan, dejaré este trabajo y viviré una vida normal. Es lo que la gente quiere.

─ ¿Cuándo podré volver al almacén? –le pregunto a Pratt, quien no deja de apuntar algo en una libreta.

─Ya –contesta sin dejar de escribir ─. Damon, coge una silla de ruedas y la llevas.

─No, yo puedo ir por mi propio pie.

Me giro en la cama, quedando con la pierna de carne y hueso colgando y la de metal igual. Miro a Damon y le hago una señal para que se acerque y me ayude. El muy gilipollas se había quedando mirando. No tiene morro.

Respiro hondo, parpadeo un par de veces, me muerdo el labio inferior y me pongo en pie con la ayuda de mi amigo. No me caigo, no me molesta, simplemente no sé andar.

─Te acostumbrarás –comenta Pratt, pero no me giro para mirarle y me limito a asentir.

─Vámonos ya, este siento me amarga –le espeto a Damon, agarrándome más fuerte de su brazo y empezando a "andar" a su lado.

Esto es una mierda; una completa mierda. Necesitaba todos mis músculos al mayor nivel posible, y ahora estoy así: jodida con una pierna de metal e incapaz de caminar por mí misma. Quiero ser fuerte y ganar. Nosotros tenemos que ganar esta lucha.

ASTRA [PAUSADA]. (#PNovel)Where stories live. Discover now