Capítulo 23.

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El despertador sonaba a la mañana siguiente, despertando a los alumnos y alumnas de Lexington Academy para un nuevo día. Duke saludaba a William, preguntándole como había ido la noche de entrenamiento con Elemiah.

William, por su lado, no podía dejar de recordar el beso de buenas noches que Elemiah le dio antes de que el muchacho entrara a su habitación. Sonrojado, Duke entendió lo que había pasado sin necesidad de que su amigo se lo contara.

– Vaya, vaya... Así que Elemiah...

– Oh, cállate. —Respondió el Híbrido, lanzándole una almohada al cambiaformas— Vistámonos o llegaremos tarde.

Una vez vestidos y arreglados, ambos muchachos salieron al exterior para ir a su primera clase. De camino allí, Olivia y Katia saludaban a sus amigos. Duke miraba a la bruja con una pequeña sonrisa, y ésta se sonrojaba levemente. Aunque ni William ni Katia se dieran cuenta de aquello.

Antes de entrar al aula, Elemiah se acercó a William. Los chicos se quedaron mirando al serafín, el cual vestía ropa menos ajustada, pero, aun así, bastante corriente. William se sonrojó, recordando el beso compartido frente a la puerta de su habitación.

– ¿Podemos hablar, William? —La voz suave de Elemiah sorprendió al Híbrido, que asintió con la cabeza, incapaz de hablar— Ven.

Elemiah sujetó la mano de William, ascendiendo a la azotea del edificio en el que se encontraban. Ambos se sentaron en el borde, mirando hacia el horizonte. William no sabía qué pasaba, pero sentía una gran tranquilidad al lado del muchacho.

– ¿Cómo estás? 

– ¿A qué te refieres? —Preguntó William, mirando al serafín.

– Sé cual es mi misión. Y no debería haberme dejado llevar por mis deseos. Pero, desde que te entreno, no nos hemos parado a hablar de cómo te sientes con todo lo que ha pasado.

– ¿Te refieres a mi, recordando constantemente que he matado a alguien? —Elemiah asintió, mirando fijamente al muchacho— Jamás he matado a nadie... Y Beau tenía razón. Cuando matas a alguien, parte de tu alma se muere con esa persona.

– Lo sé, William... Duele. Y te diría que el tiempo lo curará. Pero te estaría mintiendo...

– Suenas como si hubieses matado antes...

– Soy un serafín, William. Y, a veces, he tenido que enfrentarme a demonios... Y matar al humano que estaban poseyendo para derrotarlos.

– Lo siento... —William sujetó la mano de Elemiah, quien le regaló una pequeña sonrisa. 

– Debes ir a clase. Nos vemos luego...

– Hasta luego...

Ambos bajaron de la azotea, yéndose por dos caminos diferentes. William entró en clase, justo para el inicio de esta. Raven parecía estar en buena forma, pero aún podía verse los restos de la tortura que sufrió a manos de los Hombres Sombra.

– Necesitamos investigar sobre los Cuatro Jerarcas y los Hombres Sombra. —Le susurró William a sus amigos— Necesitamos saber qué clase de organización es y cuál es su objetivo. No me creó que únicamente quieran que saque a los Cuatro Jerarcas del Otro Lado... Debe haber algo más. 

– No puedo creer que tengamos que hacer como si nada... Sabemos que aquí dentro hay un oscuro secreto que pone en riesgo la vida de todos. ¿Por qué no hacemos algo?

– Lo haremos. —Sentenció Duke, serio— No voy a dejarles marchar después de lo que os hicieron a ti y a Raven...

– Katia, sal a la pizarra y resuelve las ecuaciones de la izquierda. Tristana, sal a la pizarra y resuelve las ecuaciones de la derecha, por favor.

Tras La Puerta Del Infierno [Remastered]Kde žijí příběhy. Začni objevovat