Capítulo 37.

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George seguía corriendo. Al entrar en el bosque, los lobos empezaron a aullar. Tanto Aiden como la señora Marsh se miraron consternados. ¿Lobos en Lexington? ¿Desde cuándo? Aiden entendió rápidamente que se trataban de hombres lobo.

– Cuidado, señor Morrison. —Sentenció el muchacho, sacando la espada— Hombres lobo.

– Lo sé. Cuidado dónde pisáis. Si llamamos su atención, estamos muertos.

– Vais con una vampiresa. —Sentenció Delia, apareciendo frente a los muchachos— Ya hemos llamado su atención.

Un lobo saltó sobre Delia, haciéndola rodar por el suelo. Otros lobos saltaron sobre Aiden y George, pero estos acertaron el ataque de espada, haciéndoles un corte en el lomo. Los lobos dejaron escapar un aullido de dolor, volviendo a tocar tierra. La señora Marsh corrió a un árbol, dejándose caer sobre el suelo.

Una manada de lobos rodeó al trío, los cuales trataron de protegerse de los ágiles ataques de esas criaturas. Cuando la espada de Aiden se clavó en el pecho de uno de ellos, el lobo volvió a su estado humano, mostrando a un desnudo adolescente. 

– Son alumnos de Lexington... —Comentó George, mirando el cadáver de uno de los lobos.

– ¡Cuidado, Aiden! —Exclamó la señora Marsh, viendo como una esfera de alquitrán caía sobre la cabeza de su hijo.

Aiden quedó impregnado de alquitrán, el cual tomó la forma de un ser humano frente a los ojos del muchacho, que era desarmado por el Leviatán. Éste lo tenía sujeto por el cuello, dejándolo sin respiración. Tanto los lobos como George y Delia quedaron petrificados, ante la presencia del monstruo. Cualquier movimiento podría significar el final del rehén del Leviatán, a quien se le empezaba a nublar la vista.

– ¡Aiden! —Exclamó la señora Marsh, levantándose del suelo.

– ¡No te muevas! —Exclamó George, parando a la mujer en seco— ¡Si te mueves, el Leviatán acabará con la vida de tu hijo! 

El monstruo abrió la boca, soltando un ensordecedor grito. Y, ante todo pronóstico, estiró su cuerpo para comerse al muchacho frente a él. La señora Marsh dejó caer un grito de miedo, al ver como el monstruo se acercaba veloz a su hijo, tratando de matarlo. Hasta que la cabeza del leviatán cayó al suelo, desprendiéndose del cuerpo.

El monstruo cayó lentamente hacia atrás, soltando a Aiden, quien recuperaba la vista. Todos los que se encontraban allí, observaron como el objeto volador volvía a su dueño como un bumerán. Aiden, quien recuperó la vista, miró hacia donde todos miraban, encontrándose con un alado William.

– ¿William? —Preguntó el muchacho, mirando al que fue el amor de su vida— ¿Eres tú?

William chasqueó los dedos, haciendo explotar al Leviatán, quien voló por la zona, en miles de pedazos. Aiden contrajo su cuerpo, evitando que el alquitrán le manchara la cara. Al volver a mirar hacia donde se encontraba William, el muchacho se lo encontró a centímetros de su cuerpo. Sin previo aviso, William besaba los labios de Aiden, quien le devolvía el beso en cuestión de segundos.

Un lobo negro saltó al centro del pequeño claro, aullando con fuerza. Los demás lobos se agacharon, sumisos al que parecía ser el Alfa. Mike gritó el nombre de su hermano, corriendo a abrazarlo. Los alumnos se destransformaron, mostrando su cuerpo completamente desnudo. Raven había teletransportado a los profesores, los cuales llevaban mantas para tapar a los adolescentes, los cuales miraban al suelo, con la cabeza agachada.

Mayra se acercó al gran lobo de pelaje negro, el cual se quedó mirando a la muchacha en completo silencio. Cuando el lobo se destransformó, Mayra envolvió a Ashton con la manta, abrazándolo.

Tras La Puerta Del Infierno [Remastered]Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα